Mi corazón naufraga en un mar de angustia, pero el amor persiste, sin importar la injusticia, se aferra a la esperanza.
Aunque tus acciones hayan sido traicioneras, y tus palabras corten como dagas afiladas, mi corazón se niega a dejar de amarte, aunque el sufrimiento me queme por dentro, eres mi bandera.
El amor es un fuego que arde sin tregua, consume mis entrañas, pero no me consume, aunque la herida sangre, no puedo asumir la renuncia, mi alma se aferra a ti, aunque el mundo se desplome.
A pesar de la traición y el dolor que me acecha, mi amor hacia ti no se desvanece ni un instante, eres parte de mí, una llama que nunca se desecha, aunque el engaño duela, te amaré eternamente, constante.
Así, en la dualidad de amor y desesperación, mi corazón se debate entre el perdón y la razón, no puedo dejar ese sentimiento, esa pasión, aunque el camino sea espinoso, sigo amando sin condición.