Julio 24 de 2023
Así solía decir mi madre en cada oportunidad en la que podía acompañarla al Banco o a alguna
cita médica: "Caras vemos ...Corazones no sabemos" mientras miraba y saludaba a la gente
que pasaba cerca de ella por la peatonal hasta llegar al lugar indicado y allí le buscaba un
asiento vacío para que se sentara mientras esperaba su turno.
Ese era el momento más feliz de mi madre !, ¿porqué?  , ¡porque conversaba (o le
conversaban) largo y tendido con sus pares mientras yo observaba el brillo de sus verdes ojos ,
los gestos suaves y acariciantes de sus manos logrando una atrapante  simpatía, conquistando 
a todos cuantos compartían esos momentos con ella. Portadora de una inconmesurable bondad
irradiando de  su luz todo lugar donde se encontraba , dueña de un carisma absoluto aún
cuando se sentía golpeada en sus sentimientos ;pero ella se sentía feliz con esas historias de
vidas surgidas en esas charlas con sus ocacionales amigas a las que escuchaba con atención 
e inmenso placer notando que las apoyaba , que se emocionaba, que se conmovía con todo lo 
que le contaban. 
Al llegar a casa  mi madre compartía con pena algunas de las tantas situaciones conflictivas por
las que atravezaban (o habían atravezado) contadas por  voces de  personas que nunca había
conocido porque no eran las  mismas del mes anterior o las de esa nueva cita médica y allí sí
me daba cuenta del significado de algunos dichos que por casualidad había escuchado en
entorno familiar o laboral ,como: "Caras vemos...Corazones no sabemos", porque las historias
escuchadas no eran muchas de alegría sino en su mayoría de dolor , de aflicción, de
preocupación, de discriminación, de desesperanza por distintos problemas pero totalmente
disimuladas cuando pasaban por las calles o veredas como si nada les ocurriera , ocultando bajo
un sutil maquillaje la decepción por esa vida que llevaban en diferentes grados de situaciones ,
desde las más difíciles en muchos casos o con grandes dificultades también pero logrando salir
adelante en otros ,con esfuerzo , tenacidad, esperanza, fe. Al escucharla contando con pena lo
que lo que le habían narrado , mi padre aportaba también con otro de los dichos que decía así:
"Cada casa es un mundo" porque en cada hogar se entretejen historias distintas.
Mi madre también vivía caóticos días y momentos de lo que recuerdo de mi infancia  como las
de sus compañeras de asiento pero jamás dejaba de sonreír y de entregar su ternura , su
nobleza, su extraordinario don de voluntad para todo. ¡Y ella sonreía !. ¡Y ella lagrimeba!. ¡Y ella
consolaba!. Y en sus momentos difíciles ella cantaba más allá de cualquier pena por la que
estuviera transitando. Y sí !!  , claro que necesitamos desahogar las penas porque  los
momentos difíciles paralizan , bloquean y complican todo.
Debemos tener en cuenta que la vida está escrita con letra de médico y que aunque tratemos
de entenderla no podemos así que solo nos queda disfrutarla en cada momento que nos regala
el día porque podemos respirar aún sentados en una silla , podemos imaginar y escribir en
nuestra mente historias aún en ausencia de luz en nuestros ojos, podemos amar , acariciar con
los pensamientos, podemos tener amigos/as y conversar , escuchar música o tararear , copiar
con nuestras voces el repertorio de los pájaros en sus trinos ,  podemos crear sonidos
con nuestras manos o pies.  ¡Y mucho más!.
La magia está en cada uno de nosotros .Solo debemos verla y elegir el color de nuestra vida y
cómo vivirla porque si miramos alrededor nuestro podremos observar las cargas que los demás
llevan sobre sus espaldas y así entonces nos daríamos cuenta que la vida ha sido generosa con
muchos de nosotros/as ya que cada mañana el libro de la vida nos regala una página en blanco
para que la escribamos nosotros mismos de la manera que querramos pero..¡lo más lindo
sería que llenemos esa páginas escribiendo momentos hermosos , alegres y mucho más aún
cuando al corazón llegan día a día esas gotas de exquisitas fragancias  a la que con dulce
susurro las llamamos AMOR , que en difinitiva es un grito de la vida al sentir el dulce
palpitar del corazón colmado de sueños, abriendo  de par en par las grandes puertas por
donde habrá de ingresar oronda y radiante la muy codiciada  FELICIDAD.
                                   Raquel C. Zurita