Pendiente
Publicado en Aug 21, 2023
Era una tarde de brisa fría,
invernal. Detuvo su trayecto en aquel señalador del tránsito. En esa espera detectó que uno de sus pendientes se sujetó con la bufanda que cubría su cuello. Un movimiento en falso podria traer una catástrofe. Insistió en culminar esa adhesión. Pero fue en vano. Enseguida el señalador cambió su iluminación. Habia que proseguir el camino. No era la única en espera de esta acción. Y desistió. De pronto notó que la tensión de la bufanda y el pendiente se hizo más leve. Y al constatar con una de sus manos tal lugar, notó que el pendiente ya no se encontraba ahí. El guante interfería en el tacto de aquél metal frío. Ante eso, siguió adelante en su recorrido. Y confió que en el lugar a destino podria develar la incognita del pendiente. Llegado al mismo quitó con ligereza los guantes y con sutileza la bufanda. Después sacudió en dirección hacia la gravedad aquél tejido. Pero nada ocurrió. Era eminente. Habia extraviado el pendiente. Rendida y resignada se quitó el otro para que no se notara esa falta y lo guardó en su cartera. De pronto en el suelo notó un brillo. Sería alguna falsa ilusión de la vista... ...Allí estaba. El presunto pendiente extraviado. Su alma volvió al cuerpo. Despreocupandose de la falta está vez, de la tuerquita que fijaba ese prendedor siguió con su rutina. Hasta que recordó que el viento podria haber alterado su cabello. Ante ese efecto, tomo el sujetador de su cabello y lo deslizó hacia el final del mismo. Acto que tuvo un obstáculo. Extrañada, tanteo el mismo y sintió lo que los guantes le habian impedido sentir en su momento. Un metal frío. Enmarañado en su cabello. Allí se enontraba la tuerquita que sellaba su pendiente.
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