Mariposa
Publicado en Nov 08, 2023
"Creo que todo empezó aquella tarde lluviosa de mi niñez en la que mi mamá salió de compras mientras y mi papá dormía en su cuarto. A mis ocho años, veía caricaturas por la televisión mientras estaba sentado en el sofá de la sala de mi casa. No recuerdo exactamente qué serie animada estaba siendo transmitida en ese instante, sin embargo, nunca voy a olvidar lo que hacía mientras veía la televisión: comía mis dulces favoritos.
Jamás olvidare eso, pues a fuego quedo marcado en mi memoria cómo uno de esos dulces se quedó atorado en mi garganta impidiéndome respirar. Desesperado me levanté del sillón de un salto buscando un vaso de agua, camine de un lado a otro sin poder encontrarlo mientras me esforzaba cada vez más por jalar aunque fuera un poco de aire, mi pecho así como mi cabeza dolían, y a cada instante que pasaba dicho dolor crecía más y más, me sentía mareado al mismo tiempo que mi vista se nublaba, y mis piernas dejaban de responder, lo que provocó que cayera al suelo de rodillas, intenté gritar por ayuda, pero por más que intentaba hacerlo mi voz no salió. Mi pecho ardía, mi cabeza me dolía, mis piernas no respondían, mi vista se nublaba cada vez más, mis ojos lloraban, pero extrañamente la desesperación se había ido, ahora solo había alivio y calma, creo que en ese momento acepte que sería mi fin, cerré los ojos y me deje llevar por esa sensación, sin embargo de un momento a otro, sentí que me levantaron por la espalda, presionaron mi estómago una y otra vez hasta que el dulce salió disparado de mi interior. En ese instante me soltaron y caí al suelo, entre sollozos, lágrimas, toz y jadeos jale aire logrando respirar, poco a poco volví a la vida, mi pecho y mi cabeza dejaron de doler, y mi vista se aclaró, mire hacia atrás, pero no había nadie, lo único que vi fue una mariposa amarilla volando enfrente de la ventana. Asustado me levanté rápidamente y fui corriendo al cuarto de mis padres, allí encontré a mi papá durmiendo justo como cuando mi mamá salió, por lo que no pudo haber sido él la persona que me salvó, regresé a la sala aún con más miedo que antes y revisé la puerta de mi casa, estaba cerrada, así que ningún vecino pudo haber entrado para ayudarme. Han pasado catorce años desde ese día y sigo sin poder explicar cómo ni porque fue que me salvé..." - Oye ¿si me estás escuchando? - dijo una chica al muchacho a su lado sacándolo de sus pensamientos. - Por supuesto que sí - respondió el chico rápidamente. - A ver si es cierto ¿qué era lo qué te estaba contando? - Me contabas sobre el problema que tuviste con tu mejor amiga - contestó el muchacho - continúa por favor. - Bueno, cómo te decía, estábamos ella y yo... -"El tren está por llegar a la estación, por favor acérquese ordenadamente al andén y antes de abordar, permitan el descenso de los pasajeros, gracias" - dijo una voz femenina por las bocinas de la estación interrumpiendo a la chica. - Ya era hora de que llegara el tren, ya se había tardado mucho - dijo la chica - vamos hacia al andén, ojalá y alcancemos lugar, me gustaría ir sentada. - Si... Ojalá y sea así - respondió melancólicamente el muchacho. Ambos caminaron hacia al andén parándose justo en el borde hacia las vías. - Por cierto, te quería pedir un favor... ¿está todo bien? - preguntó la chica mientras veía al muchacho. - Claro ¿por qué lo preguntas? - contestó el muchacho nervioso - Pregunto porque veo que estás temblando ¿seguro que estás bien? - preguntó preocupada la chica. - Si, es solo que me siento un poco ansioso y nervioso - contestó el chico mientas veía para ambos lados del andén revisando la llegada del tren - quiero que todo esto acabe, estoy cansado... Eso es todo. - ¿Hay algo qué pueda hacer para ayudarte? - dijo la chica mientras acariciaba el brazo del muchacho. - ¿Está bien si tomo tu mano? - preguntó el chico. - Si eso te ayuda adelante - dijo la chica poniendo su mano con la del muchacho - tranquilo, todo saldrá bien, ya verás. El muchacho volteó hacia la chica alzó sus manos entrelazadas y las agarro con su otra mano. Ella giro su cuerpo hacía él quedando frente a frente. - ¡Te prometo que está vez así será! ¡Todo saldrá bien! Esta ocasión será distinta - le dijo temblando el muchacho a la chica mientras veía que se acercaba un señor a ellos. - ¿De qué estás hablando? ¿A qué te refieres con eso? ¿qué pasa? - preguntó la chica con miedo - me estás asustando. - Si te lo dijera no me creerías, solo te pido que confíes en mí... - Perdón por molestarlos ¿me podrían decir qué hora es? - dijo un señor interrumpiendo al muchacho. - Claro - dijo con molestia la chica mientras sacaba su celular con su mano libre - son las... El muchacho alzó la vista hacia el techo de la estación y vio una mariposa de color amarilla volando. - "Maldición...queda poco tiempo" - pensó el muchacho volviendo a sus pensamientos. "Desde aquel día antes de que ocurra una tragedia, siempre veo esa mariposa, es como si el destino me diera una señal para evitar dichas tragedias, me gustaría poder ignorarlas, pero por desgracia no puedo, no tengo opción, pues si lo hago el tiempo retrocede hasta momentos antes de la tragedia, quedo atrapado en un ciclo sin fin condenado a revivir una y otra vez ese acontecimiento cuya única forma de salir es evitar que eso suceda... ¿cuántas veces he estado aquí? ¿cuántas veces he escuchado su historia? ¡¿cuántas veces más tengo qué ver cómo su sonrisa se apaga?! ¡¿cuántas veces más la sostendré entre mis brazos viendo como la vida se le escapa poco a poco?! ¡Por favor, qué esto acabe de una buena vez! ¡Qué alguien me diga cómo tengo que evitar esto! ¡Al menos una pista, una pequeña señal es todo lo qué necesito para resolverlo! ¡Maldición, el tren ya viene!... ¿Podre lograrlo esta vez?"
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