Horas de insomnio
Publicado en Dec 12, 2023
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                          Horas de insomnio que se despeñan en mi cama:
                 Apenas las noto, su peso no me altera de lo ingrávido.
                  Bostezo y mis párpados procrean su silencio.
                  No veo enigmas ni flores maltratadas, ni murmullos que doblan los pistilos.
                  Mi sangre es de aquella que no afianza el fragor del soldado.
                  Sangre de centinela alicaído, viendo en el techo la yesca de las sombras.
                  Pasa el aire tocandote, infinita, repitiendote cuando te corporizas.
                  Posesa de la savia del valiente que se enfrentó al látigo despótico,
             permaneces en ese vaho esperándome. Mientras que mi pupila te ve en fosforecencia.
              A la hora en que el mundo sueña yo respiro, veo, medito, en mi aliento tan  cansado.
                  Profunda, en el jardín de tus suspiros te desvaneces en luz y te recreas,
                   mientras mis ojeras horadan lo que una vez fue tez embellecida.
                  Alrededor de mi se levantan murallas y sólo veo la bruma en sus cinturas.
                  Altas paredes que transmigran y cercan lo que crean mis ojos y mis sienes.
       La luz se camufló en los recobecos, se disecó en el sofa; se zambulló en sigilos sin vigilia. 
          Lo elusivo parte del quebradero del corazón y se rompe en cascadas que dan vértigo.
         Está mi enfermedad haciendo malabares, quitando lo melífluo que me dieron las selvas.  
               Estoy yo aquí ensimismado, anhelando una pausa en mi despueblo.
               Todo se ha oscurecido pero a mi lado fluyes deleitada en tus calmas.
               De tu cabeza a tus pies reptas y tus labios semejan a unos reflejos que crepitan,
               ondulas en el chal que has pensado, en el puerto mismo de tu idea.
              No entiendo porque permaneces aquí con ese suspiro que sosiega mis llagas.
               Horizonte adentro, tras las cimas que se hunden a sí mismas, varones mil te esperan.
            Te agradezco que permanezcas en mi cama de vaho, en mí cristalizado ser anónimo.
               Enfermera de alivios inmediatos: me das de tus alóes permanentes,
           de tu elixir de calma generosas. Me atiendes sabiendo mis eternales gestos desatentos.
               Abnegada de paz, estela tibia, la escarcha te recrea en sus blancos suspiros.
             Yo levanto el ventanal perpétuo, el puente que transito y a la desesperación me lleva.
               Circulamos como todo: la idea, el minuto, el tiempo pendular.
      Oscilamos en un vaivén desierto, nos movemos y somos y en la trama general coexistimos.
               Mientras el cielo se vacía en sus elipses y disgrega a los mundos, ambos somos.
  
              
              
       
                  
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Foto del autor Richard Albacete
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Miembro desde: Jul 05, 2009
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Descripción

Poeme general

Palabras Clave: insomnio

Categoría: Poesa

Subcategoría: Poesa General



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