LA DUDA
Publicado en Jan 21, 2024
La Duda A mis familias políticas, en especial a las abuelas de mis hijos… “Un amigo fiel es un refugio seguro, quien lo encuentra, ha encontrado un tesoro” Ben Sira (Eclo. 6,14s). LA DUDA - ¿Por qué deja una piedra en la tumba? - Es una antigua tradición judía. En el Talmud se dice que cuando una persona muere, su alma continua un tiempo vagando por aquí, y poniendo incluso algunos guijarros sobre la lápida, se cree que su espíritu no se marcha, no se va del todo, por lo que para muchos es algo placentero pensar que está cerca de uno, aunque no de cuerpo presente. - ¿Era judía? - Atea, pero su familia si lo era, y mantenía muchas de sus tradiciones. Una vez me comentó que había reconocido el valor de las costumbres, cuando conoció la soledad en el vacío del libre albedrío. - ¿Realmente piensas que la mataron? - Sí. El veneno se suele usar para asesinar, no es un modo común de suicidio, y lo usan más las mujeres. Aunque me sería más gratificantes pensar, que ya había conquistado el mundo con sus películas, y había decidido pasar de fase, pero realmente no lo creo, no era tan valiente, podía parecer distante, incluso fría, pero era sensible y asustadiza, no creo que tuviese ese valor. - ¿Tenía problemas? - Cualquiera que consigue triunfar en esta vida, tiene enemigos, ya sabes, surgen los celos, las envidias… - ¿Entonces crees que fue una mujer? - No lo sé con certeza, solo investigamos su círculo cercano, que es donde suele estar el asesino, a no ser que sea un psicópata - ¿Y quién es ella? - Se llama Begoña, una de sus íntimas. Conservaba las amistades del colegio, su pandilla, compuesta por cuatro chicas y Valeria: Begoña, Tana(Cayetana), Dora (Teodora), Mila(Milagros). - ¿Empezamos por ellas? - Sí, tiraremos de ese hilo, a ver dónde nos lleva - Pero la querían - Bueno en un asesinato todo el mundo de su entorno es sospechoso, luego hay que ir eliminando - Tienen una vida realizada, no se les ve ningún motivo por el que se las pueda inculpar - Siempre hay un motivo que no se sabe, la persona que crees más angelical, esa guarda en su interior demonios malvados - Entonces no descartamos a nadie - A nadie, por muy guapa que sea, por muy dulce que parezca - No hay que fiarse de las apariencias - No, es una buena carta de presentación, pero no elimina ningún rasgo psicopático - Es cierto, hay asesinos en serie que llevan una vida normal - Tú lo has dicho - Nadie está libre de nada, hasta que se demuestre lo contrario - Bueno realmente tienes que probar su culpabilidad, no ellos su inocencia - Para la policía no - Y es legal - Claro, mientras no los acuses formalmente de algo que no puedas demostrar, puedes investigar a quien creas que puede tener algo que ver Esa mañana hacía sol, nada de agua, no sé si fue un símbolo de su alegría, porque quería fundirse con ella. Valeria rondaba los treinta, y había conseguido un éxito rotundo con su última película “La Travesía”, una historia romántica, con algo de misterio y con un buen final, como casi todas sus obras. Estaba contenta, creía que la nominarían a los Oscar, lo único que le quedaba por conseguir y demostrar que era una estrella, no una más, si no una que irradiaba un mágico brillo, quizás por su honestidad. A veces no se creía el triunfo, a veces no creía que se mereciese la gloria, pero cuando le decían cosas bonitas por la calle, le pedían autógrafos: se emocionaba, nunca pensó llegar tan arriba, y quien diga que no le gusta sentirse querido, te engaña, porque no hay nada más gratificante que sentir amor, sea del tipo que sea, aunque traiga malas consecuencias. Todo tiene un lado negativo. ¿Quién sabe lo que una persona tiene que haber tragado para llegar a ser una especie de Diosa?, ese privilegio no se lo dan a cualquiera, debe demostrar que es digna de elevarse de la Tierra. Y ella lo deseaba, muchas veces, cuando escuchaba a Alicia Keys con New York me decía “quiero llegar al corazón de las personas, quizás no pueda cantar y elevar su alma con mi voz, pero quiero que vean una película mía, y sueñen con una vida mejor. El principio de una meta, es un sueño, y quiero que se les olvide las penas al contar una historia, como cuando escuchas una buena canción. Quiero ir a New York, aunque sea como Lorca con su imaginación, quiero salir de mi zona de confort para encontrar lo que aquí no llego a alcanzar, y que sitio mejor que donde está la Estatua de la Libertad. Algún día iré, aunque sea de visita, aunque sea por una vez rozar la felicidad, la tranquilidad. El nuevo mundo, ya no era tan nuevo, pero creo siempre dará la oportunidad de un nuevo comienzo, a quien se atreva con un volverá a empezar”. Era un discurso que me repetía constantemente, cuando escuchaba esa canción. Era una mujer con sus propios sueños, no era de las que se marchitaban mientras ayudaban a sus maridos a realizar los suyos, que también es respetable, pero Valeria era un espíritu libre, una mujer inteligente, quería su propio destino. Soy su hermano Álvaro, su mellizo, su alma gemela, la persona que encontrará a quien la mató, a quien dejó huérfana a mi sobrina Gisela, porque murió injustamente antes del olvido, antes de que desapareciera su genialidad en el cine y en la Tierra… DIA DE LA MUERTE Cuando llegué a su casa, todo estaba en orden, sus armarios cerrados con la ropa ordenada por colores, sus cajas con cosas casi inservibles, pero que para ella tenían valor, sus zapatos ordenador por el tamaño del tacón, sus pañuelos colgados de una punta, sus cosas colocadas casi para una exposición, típico de una mujer perfeccionista. El inspector Diego Márquez tenía lágrimas en los ojos, creo que conocía algunas de sus películas, más tarde me dijo que su preferida era “El Adiós bajo una luz sabia”, y por eso se lo estaba tomando como algo personal, esperaba que no lo quitaran del caso por ese motivo. Cuando la vi en la cama, me llamó un poco la atención, porque parecía imitar al suicidio de Marilyn: tumbada boca abajo, desnuda, con una sábana blanca sobre su cuerpo bronceado, con buen olor todavía y con su bote de pastillas en la mesita de noche. Era fan de Marilyn, pero dudaba que la quisiese copiar en dicho acto, no se identificaba con ella, porque Valeria era una persona alegre y la actriz rubia era muy melancólica, aunque siempre me decía que a pesar de las penas había que sonreír como Marilyn, aunque tuvieras el alma rota. También comentaba que aprendió a fingir gracias a sus películas antiguas, porque la vida le había enseñado que la honestidad no se le debe dar a cualquiera, pero nada de eso me hacía creer que se hubiese suicidado. Amaba a Gisela, es verdad que le dolía no tener la custodia, pero comprendía que su hija estaba mejor con su padre, con Orlando, porque vivía en unos horarios incompatibles con una buena crianza. Lo bueno es que tenían una estupenda relación, y podía disfrutar siempre que quería de su hija, sin romperle las rutinas que todo niño necesita. No la hubiese dejado sola, ni por el capricho de tener un final romántico, no era tan irresponsable, aún le quedaban cosas por hacer. Había llegado a la cima, lo sabía, pero tenía más cosas en su vida, que su carrera profesional, incluso estaba deseando volverse a enamorar, y si le daba seguridad, volvería a intentar tener una familia, aunque tuviese que dejar el cine. Abrí su cajón de la mesita de noche, y la última poesía que escribió, me lo confirmó que a pesar de las penas, ella hubiese luchado: Para que morir, si puedes las olas acariciar En un mar cálido, y por un padre ancestral Si el Gran Neptuno te descubre Sola jamás volverás a estar Porque el salitre será su especiado beso Y la sal su rico alimento que degustar Para que morir, si las mareas lo oscuro se llevarán Porque el mundo puede ser cruel Pero el mar siempre un hermoso oasis te mostrará Donde las bellas sirenas te ofrecerán una sincera amistad Incluso amor, al hombre dolido por el mal Si el mar te abraza, todo quedará atrás Podrías fingir estar muerta, y a los minutos resucitar Porque la vida está llena de oportunidades Si en el mar aprendes a remar Las corrientes serían un difícil obstáculo Pero quien dijo que era fácil volver amar Porque antes de rendirte por la maldad de otros Debes mojarte los pies en la orilla, cerrar los ojos, sentir la brisa y Dios dirá El Mare Nostrum te hará sentir una pasión, que otros se negarán a dar Huye si hace falta, pero debes volver a nadar, volver a luchar Porque no todo es odio, no todo es frivolidad Siente la calidez de su agua un verano Huele su perfume para tener un bonito despertar Muchos no valorarán ese milagro Pero tú empezarás a enamorarte, el Océano te seducirá No habrá pena que te robe ese instante No habrá ser que destruya la belleza que la naturaleza te regalará Para que morir, si existe el MAR… Sonreí mientras lo leía, podía ser muy cursi, pero en esas líneas me demostraba lo que yo pensaba, que quizás tenía problemas, pero Valeria no se hubiera rendido, nunca perdía la ESPERANZA, porque creía que como tenía un corazón noble, el futuro le traería cosas buenas, aunque también existiese la nostalgia. Era un poco ingenua, era de esas que creía que como ella no era ni machista, ni clasista, ni racista, las demás personas tampoco, no comprendía que la vida está llena de crueldad, hasta para quien ama, aunque es cierto que cuanto más relaciones, más problemas, porque siempre hay traición cuando algo deseas, pero para ella era mejor justificar el daño ajeno, inventaba otra realidad, en vez de reconocer la maldad de personas que incluso adoraba, algo comprensible en el ser humano, y yo la dejaba en su fantasía de cuentos de hadas, no hacía daño a nadie, y me tenía a mí, para ponerle mi hombro, si hacía falta. - ¿Qué opinas Álvaro? - No creo que se haya suicidado, aunque parezca, no es propio de ella. - Seguramente tendrás razón, pero hay que barajar todas las posibilidades - Lo veo normal, me sentiría culpable si fuese así, por no haberme dado cuenta de de su estado anímico, Hace un par de semanas comimos juntos, y me hablaba de sus nuevos proyectos, su primera serie, creo que se llamaba “Valentina”, y estaba muy ilusionada. No sé porque no me dijo que tenía problemas, siempre la había ayudado en todo, para mí que no era consciente de ellos, porque no noté ni ápice de preocupación en su comportamiento, como le digo: estaba contenta - Bueno a ver la autopsia, porque con todos los que hablamos opinan igual - Cualquiera que la conozca sabría de su vitalidad, otra cosas es que no viese la magnitud de los conflictos, como le digo era un poco ingenua, y pecaba al pensar que las personas reaccionarían igual que ella, sin comprender que cada persona es un mundo, y que el demonio puede habitar en cualquier alma, aunque parezca gentil y buena - Bueno empezaremos con la familia, amistades, relaciones sentimentales y trabajo, por ahí debe andar el asesino, si es que lo hay - Busque bien, porque le repito que ella no ha sido - En primer lugar queremos saber qué tipo de trato tenía con los familiares y con sus amistades más cercana - Bueno, que yo conozca no había nada de lo que preocuparse - ¿Seguro? - Sí, mantenía sus amistades de la infancia, aunque no las viera mucho, como ya os comenté, y las demás relaciones eran un poco superfluas, nada profundas. - ¿Tenía mucho trabajo? - Si, por eso no le daba tiempo a intimar, y la verdad creo que le bastaba con nosotros, su hija y sus amigas de siempre. - Sí, hemos visto su agenda muy completa, pero sin ningún compromiso social, solo profesional - Como mucho iba a presentaciones de películas, obras de teatro, también le gustaba la literatura, ya saben, todo se relaciona un poco - Resumiendo, para usted no hay ningún sospechoso - Para mí, no lo hay, no tenía ningún enemigo que yo sepa - Pues habrá que buscarlo, porque existía - Sí, eso está claro, a no ser que haya sido algún fan loco - Suelen ser más impulsivos - También lo creo DIA DEL ENTIERRO ¡Qué triste!, jamás pude imaginar que enterraría a mi hermana, supongo que en la vida siempre hay sorpresas, y la mayoría no gratas. Había policías encubiertos, para ver si veían algo sospechoso, pero dudaba que quien lo hizo estuviera entre nosotros, me costaba trabajo pensar que alguien que la conocía, la quisiese matar. Llegaron las amigas, las de siempre, las que llevas en el corazón, no con las que quedas los fines de semana para divertirte. Todas habían pedido permiso en el trabajo, porque le iba a hacer una pequeña ceremonia con su canción. Dora trabajaba como profesora de arte en un instituto, Mila en la farmacia del hospital principal de Tenerife, Tana era ama de casa y Begoña era administrativa en unos grandes almacenes, con las cuatro pasó su infancia e incluso parte de su juventud. Quizás ellas supieran de sus problemas, porque el inspector vio varios correos en su ordenador, una especie de anónimos de un posible admirador o más bien acosador, que la hacía fotos por la calle y se las mandaba, para su álbum personal, pero parece que no le daba la mayor importancia, porque incluso las añadía a sus carpetas. Estaban viendo cómo podían localizarlo, para ver si solo era eso o pasó a otro nivel, como ocurre con el maltrato, se empieza con pequeños insultos y se acaba golpeando o matando. - ¿Cómo estáis? - Bien, ¿Y tú? ¿Gisela? - Todo más o menos bien, lo bueno es que como la custodia la tiene Orlando, no notará ningún cambio en su vida, quizás la eche de menos más adelante, pero es pequeña, se acostumbrará, además con suerte tiene mucha familia, y recibirá un amor incalculable - También de nosotras, esperamos verla al menos en los cumpleaños - Claro que sí, yo mismo enviaré las invitaciones, aunque sea por teléfono - Queremos seguir en su vida - Lo estaréis - Se la puede ver - No, con la autopsia está muy desfavorecida, por lo que se le ha cerrado el ataúd - ¿Se sabe algo? - No, nada - Poco a poco - Sí, eso siempre lo decía ella - Pasad y tomad algo, a Valeria le gustaría que lo vivieseis como un momento agradable - Sí, siempre fue una buena anfitriona - Fue buena en todo y con todos - Tienes razón, no sé qué pudo pasar - Bueno están investigando - ¿Y saben algo? - Nada, no saben ni por dónde empezar - Si podemos ayudar en algo, tienes nuestros teléfonos - Claro, sé que cuento con vosotras, os adoraba - Nosotras también a ella, lo sabes - Los sé - Ojalá haya suerte y se solucione pronto - Seguro que sí, animo - Muchas gracias La sala se llenó de personas del mundo del arte, y no solo de España. Se hubiese sentido orgullosa, si lo hubiera podido ver. A veces dudaba del verdadero cariño hacia ella, estaba algo decepcionada como consecuencia de la acogida que tuvo en Madrid, no esperaba mucho del ser humano hacia ella, y creo que se hubiese ido tranquila, al darse cuenta de que sí la apreciaban. Pasamos una velada muy tranquila, disimulando delante de los policías, pero parecía que todo estaba dentro de la normalidad. No hubo ningún escándalo, ni nada exagerado en la demostración de la pena. Estuvo bien, sin problemas, algo que echaba de menos en muchas ocasiones. Llegó Orlando, casi al final, no había podido dejar a Gisela con nadie, hasta que se acercó su madre, entonces me di cuenta de algo extraño. Dora, al verlo, se puso colorada, ¿Por qué?, no sabía si los agentes se habían percatado, pero fue un cambio brusco de color. Empezó la primera sospecha, aunque creo que a Valeria no le hubiese importado, siempre creyó que Orlando se había fijado en ella por su dinero, que nunca estuvo realmente enamorado, y aunque le entrase por un momento el egoísmo, como siempre ocurre, seguro que lo hubiera dejado correr. Esas cosas pasan, incluso sin querer, además si se lo hubieran comentado, diciendo esa frase, ella respondería “no me importa, pero lo mío va a ser queriendo”, como dando a entender que si ella tuviera una nueva relación, sería porque lo deseaba con toda su alma, no por las circunstancias. Estaba claro que había ocurrido algo entre ellos o algo ocultaban, se lo comentaría a Diego, al inspector, para que empezara por ella, jamás dudaría de Orlando, porque tenía una buena vida a consta de Valeria, y no creo que lo fuese a estropear, dando la posibilidad de que me quedase yo con la custodia de mi sobrina Gisela, pero bueno había que mirar por todos lados, porque una cosa lleva a otra, aunque no tenga nada que ver con quien primero hablas. El resto de la velada se desarrolló en un ambiente mágico, estaba atardeciendo, y entraban algunos rayos por la ventana, que molestaba en los ojos, provocando falsas lágrimas. Mis padres se empeñaron en hacerle un oficio religioso, y no se quedó todo el mundo, dijeron que irían a verla a su tumba, por lo menos una vez, supongo que algunas para pedirles perdón y otras gracias. Valeria era un poco extraña en las relaciones, era vitalista y a la vez tímida, tenía un comportamiento diferente en muchas ocasiones, por lo que cada uno sacaba sus propias conclusiones, incluso despreciándola, diciendo frases típicas como si el río suena, agua lleva, y puede ser cierto el refrán, pero a veces no toca la canción que crees escuchar, es otra, que tú jamás podrías imaginar, pero es más fácil creer lo que a uno le conviene, que pararse a analizar. DORA Podíamos decir que Dora era la más excéntrica de las cinco amigas, y a la vez tenía un ego grande, como casi todos los artistas. No había podido conseguir éxito, y se dedicó a la enseñanza, como suele ocurrir, si es que tienes suerte, porque hay a quien se le va muriendo su destreza poco a poco en la casa. No odiaba a Valeria, incluso creo que la quería, pero sentía la necesidad de quedar por encima de ella, debía ser la que más gustase, la que tenía mejores piernas, la más guapa. No soportaba quedar en un segundo plano, eso no iba con ella, y quizás por ahí empezó a cogerle algo de manía, porque había conseguido triunfar, a pesar de los problemas. Ese año había coincidido varias veces en el colegio con Orlando, siempre le había gustado, bueno por lo general siempre le gustaban los hombres de Valeria, no sé porque mi hermana lo aguantaba, supongo que porque ya guardaban mucho las distancias, y no estaba en su vida, si no hubiese sido difícil llevar la situación. El colegio de Gisela tenía desde infantil hasta el bachillerato, así que se vieron varias veces a la salida, poco a poco empezaron a intimar, y bueno ya saben lo que dicen: una cosa lleva a la otra, y un día terminaron en la cama, incluso teniendo a Gisela dormida en la otra habitación, creo que eso era lo que más les avergonzaba, no habían respetado ni la intimidad de la que fue su casa, su cama, pero quien puede controlar la pasión, el deseo, las ganas, y más cuando ya no eres una jovencita, y no hay muchas oportunidades de placer, a cierta edad el egoísmo manda, y si Dora siempre lo fue un poco, imagínense cuando ya tienes unas cuantas canas. Lo bueno es que Valeria era inteligente, la conocía bien y no le valdrían sus palabras, sabía que lo volvería a hacer, incluso si se volviera a casar, porque sentía la necesidad de ser más, y por supuesto si no era la elegida, al menos ser la más deseada. Muchas mujeres son así, no era algo particular de ninguna raza, pero eso no quitaba que a Valeria no le doliera, aunque se aguantara - Pasa Dora, perdona por la casa, Gisela es pequeña, y aún no recoge nada - No importa, trato todos los días con críos - Bueno los tuyos tienen más edad, ¿no? - Sí, pero hago patio, y ahí hay de todo - Imagino, es dura la vida de profesor - Pues sí, la gente cree que como tenemos buen horario y buenas vacaciones, todo está bien, y donde hay más depresiones por el trabajo es en la docencia - Bueno relájate, seguro que el verano llega pronto, y te da tiempo a descansar - Si eso sí - Quieres una copa - Un buen vino siempre se recibe bien - Claro, voy a poner algo para picar, ponte cómoda - Prefiero acompañarte a la cocina - Como prefieras - ¿Tienes algún capricho?. Suelo tener de todo por Gisela - ¿Tiene buen apetito? - Como te descuides no te deja ni comer a ti - Pues habrá sacado el metabolismo de la madre - Seguramente, porque yo no engordo porque hago mucho ejercicio Preparó unos nachos con guacamole, creo que no fue buena idea, porque era uno de los aperitivos preferidos de Valeria, no sé, me pareció una falta de respeto, pero el hombre no ve esas cosas, para muchos mientras no lo hagan delante, todo lo demás no importa. Dora iba dispuesta, porque no llevaba sujetador y se le señalaba un poco el pezón en el vestido de color marrón que llevaba, y que se fundía un poco con su piel morena, era medio mulata, como la mayoría de los guanches que quedaban en Canarias. Olía bien, a azahar, quizás con un poco de ámbar, para dar profundidad al aroma (creo que era una de las aguas frescas de Vitorio y Luccino). Llevaba una trenza, que le llegaba casi a la cintura, no sé porque no lo había dejado suelto, lo más seguro es que no le diera tiempo a arreglárselo y por eso optó por recogerlo. Orlando llevaba ropa deportiva bien planchada y holgada, es lo que tiene que te hagan las cosas, siempre vas impoluto, no tienes el trasiego de no llegar a tiempo, y tampoco llevaba ropa interior, pueden imaginar que se le notaba con el movimiento, conocía su sexapil, era un hombre apuesto, lo veías y te temblaba el cuerpo. Supongo que tenían claro lo que iba a pasar, y no quería complicar la situación. Orlando no era un mujeriego, sí presumido y le encantaba gustar, la adulación, las miradas y bueno creo que siempre le encantó ser el centro de atención, quizás eso lo separó de Valeria. Dora, era guapa, y ya dije que realmente a Orlando no le importó nunca mucho Valeria, la vio como la oportunidad de su vida y jugó bien sus cartas, porque dejó de trabajar en una oficina más de cuarenta horas semanales, a pasar a tener unos negocios que manejaba desde casa, ponía la excusa de que era por Gisela, pero realmente era porque no le gustaba esforzarse en casi nada, y si Dora se le había insinuado, tenía belleza, no tenía planes, pues a quien le importaba que a Valeria le molestara, respetaba a la madre de su hija, pero no a la mujer de la que fingió estar enamorado, para ver que sacaba. Lo peor de todo, es que siempre conseguía hacer las cosas de tal forma, que acababas viéndolas sin importancia, aunque fuesen incorrectas, no sé cómo que las hacía con elegancia, pasando de ser un acto ruin a una simple gamberrada. “Soy hombre”, decía, como que con eso ya estaba todo perdonado, y se veía con el derecho de hacer lo que le diera la gana, sin importar consecuencias, aunque dañara Se sentaron en el salón, Gisela ya dormía, puso Adele, otro gesto feo, Valeria también la admiraba, pero a Álvaro no le importaba, creo que no le importaba nada, solo él y su mantra. No probaron bocado, sabían lo que iba a ocurrir y no querían estropearlo con migas ni frutas amargas. Simplemente se miraron, y todo fue inesperado, porque no parecía solo sexo, había sentimientos, quizás surgieron de la nada, pero aparecieron, y bueno eso siempre rompe a quien aún no es nada para nadie y está sola en casa. Hicieron el amor dos veces, mientras quizás Valeria lloraba, porque lo que no sabía Orlando es que había cámaras, realmente no se fiaba del todo y de alguna forma quería controlar la vida de su hija, por si su padre estando presente la abandonaba, porque a veces esas cosas pasan… Al cabo de los días Dora fue a ver a Valeria, quería contárselo, no porque se sintiese mal, sino porque deseaba dejarla en un segundo plano, aunque fuera en la vida de Orlando. No sabía que Valeria era consciente de todo, y los dejaba hacer, porque sabía del egocentrismo de Dora y de la falta de capacidad de sacrificio de Orlando, solo era cuestión de tiempo que no se tragaran, al principio solo se ve lo bueno, si estás enamorado o si hay una gran atracción en el sexo, pero todo pasa, tanto lo bueno como lo malo, todo deja de brillar, cuando duermes mucho tiempo en la misma cama. Mientras Valeria observaba por Gisela, porque no le haría gracia que conviviese mucho tiempo con su hija, vaya que la confundiera, era su prioridad, aunque fuera en la distancia - Hola Valeria, ¿Cómo estás? - Bien, ponte cómoda - Te acabas de duchar, si quieres vuelvo más tarde, cuando estés arreglada - No te preocupes. Hoy sí me he duchado, porque voy a tener sexo con tu ex - ¡Valeria! - Tenerife es pequeño, y tampoco guardáis las formas - Lo siento, fue sin querer (Valeria sonrió) - No te preocupes, se me pasará, solo que aún no tengo a nadie y esas cosas siempre molestan - Lo entiendo, a mí me pasaría igual - No, a ti no te pasaría, porque no lo consentirías. En la vida a unas personas se les admiten algunas cosas, que para otras personas son inaceptables - Quizás tengas razón - Sí la tengo, soy más inteligente que tú - Eso lo dirás tú - Bueno no vamos a discutir por eso - No, de todas formas te prometo una cosa - Y yo me tengo que fiar de tu honestidad - ¿Quieres saber qué es? - Di - Si la relación se formaliza, le plantearé a Orlando irnos a las otras islas, Mallorca es una gran ciudad, no me veo viviendo en la península - Por favor, ¿crees que Orlando te hará caso?, ¿en serio? - Creo que sí, creo que me quiere - No lo conoces como yo - No lo conoces enamorado, nunca lo estuvo de ti - Él es incapaz de enamorarse, a no ser que vea un objetivo que le facilite la vida - A mí sí me quiere - Piensa lo que quieras, pero jamás consentiré que Gisela se vaya con vosotros - Bueno sería hablarlo - No hay nada de qué hablar, no te vas a salir con la tuya en ese sentido, con los hombres podrás hacer lo que quieras, con mi hija no - Bueno me siento medio madre suya - Que tonterías dices, no vayas por ahí Dora, no lo voy a permitir. No vais a vivir los dos felices a mi consta - Te llevaremos a juicio - Iré - No ganarás, eres un poco inestable - Y tú un poco puta - No te pases Valeria - No me provoques - Bueno solo quería contártelo, antes de que te enterases - Ya me he enterado - ¿Por quién? - Por Begoña (mintió) - Siempre metiéndose en todo - Es mi amiga - Yo también lo soy, pero esas cosas pasan - Déjalo Dora, que me vas a enfadar más - Bueno intentaremos ser discretos, y el tiempo dirá. Solo espero que no te metas en la relación, estoy bastante ilusionada - No me voy a meter, dejaré que fracase por sí misma - Va en serio - No lo conoces - Ni tú enamorado - No voy a hablar más de vosotros, solo advertirte que no consentiré que mi hija se vaya de Tenerife, si me tengo que aguantar viendo como os amáis, me aguantaré, en el fondo deseo felicidad, aunque parezca enfadada, porque tarde o temprano sé que yo también lo seré. Hay que desear bien, para que te pasen cosas buenas - Gracias - Eso sí, por favor, hasta que no lo tengáis muy claro, sed discretos delaten de Gisela, lo pido como algo personal - No te preocupes, Orlando tiene cuidado con eso. Además como está acostumbrada a verme, no se extraña de que esté en la casa - Pero es que estáis los dos juntos con ella dentro - Claro, somos pareja - Pareja dice, tú que sabrás - Valeria nos queremos - Uff, bueno por favor delante de mi hija con cuidado - Te lo prometo - Bueno te tengo que dejar, voy a salir - ¿Tienes una cita? - Has dejado de ser mi amiga, no te voy a contar nada - Me alegraría - Hasta que veas que es guapo, y te encapriches también con él, cuando no te funcione lo de Orlando - Te confundes, estoy realmente enamorada, ni siquiera sé cómo lo pudiste dejar escapar - Dora, tú lo has dicho: no me quería, yo sí pero él no, ni me quería, ni me valoraba, ni me respetaba, y sin eso, ya puede pasar de todo, si estoy molesta es algo normal, pero sé que se me pasará, sé admitir mis fracasos, espero que tú también lo sepas hacer, cuando llegue el momento - No pasará - En serio, ¿crees que vas a envejecer con él? - Por supuesto - No lo conoces - Ni tú tampoco enamorado. Adiós - Buena Suerte, a mí me partió en dos Había algo que no sabía Dora (¿o si lo sabía?), y era la existencia de una cláusula en la separación de Orlando y mi hermana: “Si Orlando quería convivir con otra mujer, se volvería a revisar todo lo relacionado con la custodia de Gisela, y por tanto de la manutención”. Valeria no iba a consentir que otra mujer hiciera de madre, si tenía que dejar el cine, lo haría, y si tenía que hacer un matrimonio de conveniencia, también lo haría, por lo que suponía que Orlando no iba a perder su buena vida por nadie, amaba más su comodidad, que a cualquier mujer, por muy buen sexo que tuviera con ella, podría conseguir otra, a la que le diera la gana, que no le exigiera nada… MILA Se acabó de arreglar algo triste, muy triste, porque creyó que con lo de Dora, toda posibilidad ente ellos se había roto, y aunque en el fondo lo veía así desde hacía tiempo, siempre le daba pena pasar de etapa, pero también sabía que en el momento que rehiciera su vida, no le importaría, simplemente era humana. Marchó ilusionada con Mila, habían quedado en el Puerto de Santa Cruz, cerca de su casa. La última película le había permitido comprarse un chalet con todas las comodidades en una nueva urbanización cerca de ahí, en Madrid vivía de alquiler. Lo había decorado muy bonito, muy acogedor, todo blanco, madera y hierro, quería que quedase claro que vivía cerca del mar, no en la montaña. Tuvo que dejar su casa a Gisela, es decir, a Orlando, como casi todo. Esa noche estaba decidida a que pasara algo, era muy peligroso intimar con extraños, pero en su juventud tuvo algunas historias, quizás coincidiese con alguien que quisiese recordar viejos tiempos, ella estaba dispuesta, y lo de ser una estrella, siempre atrae, aunque sea para contar vivencias. Se sentaron en una terraza, estaba anocheciendo y vieron la puesta de sol mientras hablaban - ¿Cómo están tus padres? - Mayores, sabes que me tuvieron con más de cuarenta, una sorpresa, no contaban con hijos a esas alturas, por eso mi nombre - Bueno estás aquí, que es lo importante - Sí, pero al haber tanto salto generacional, no nos hemos llevado bien - Imagino - Nunca comprendieron nada, me costó todo mucho, más de lo que crees, porque además soy hija única - Bueno quizás ahora en la vejez - Han cogido a una mujer, y creo que la quieren más que a mí - Ten cuidado, que muchas son encantadoras por la herencia - Está bien atado todo, y bueno solo está la casa, que está a mi nombre - Entonces todo bien - Quería hablar contigo de algo - Dime - Sabes que Paco y yo lo hemos dejado - Sí, una pena después de tanto tiempo - Nos fuimos separando, por tener trabajos con distintos horarios - Esas cosas pasan, quizás deberíais haber tenido un hijo - No quería, decía que no contábamos con ayuda de nadie, y no podíamos permitir tener una muchacha - Creo que tus padres te hubiesen ayudado - Pero no quería eso, tiene mucho orgullo - Bueno ya da igual - Sí, mejor no pensar, pero lo malo es que se queda la casa - ¿Y eso? - La puso a su nombre, la compró antes de la boda, además dice que yo tengo la de mis padres, él no cuenta con nadie, porque los suyos murieron, y con sus hermanos, casi ningún trato - Vaya, ¿y entonces tú? - De eso quería hablarte. Imposible volver con mis padres, sería una tortura para mí, además me vendría muy mal para trabajar, y quiero comprarme un pequeño apartamento amueblado cerca del trabajo. Estaría bien para empezar, luego la vida dirá, como siempre, aún soy joven y creo que podré rehacer mi vida, pero no quiero que me pase lo mismo que con Paco, quiero tener un lugar donde refugiarme, si algo no me vuelve a salir bien - ¿Quieres que te compre la casa? - No, tengo dinero ahorrado y Paco me da algo como indemnización, realmente he llevado yo el peso de la casa todos estos años, de alguna forma me lo tiene que agradecer, ya que me voy sin nada, y no queremos juicios. Hemos acabado bien, no estamos ya enamorados, pero aún nos queremos. El problema está que me faltan 25000 euros, para poder comprarlo, y no quiero pedir hipoteca, recurro a ti porque mis padres tienen una pequeña pensión y muchos gastos, para pedírselo a ellos, sus ahorros son la casa, y no los voy a sacar de ella - Es mucho dinero - No para ti. Te lo pagaría nada más vender la casa de mis padres, sabes que vale bastante, y te daría algo más, por las molestias e intereses, lo puede gestionar tu abogado - Mila, no puedo quitarle ese dinero a mi hija - Valeri tu ganas eso con un anuncio, y sé que tienes algo más en la caja fuerte de tu casa - ¿Cómo lo sabes? - Acuérdate que una vez me enfadé con Paco, estuve en tu casa unos diez días. Todos sabemos que no eres muy cuidadosa con las cosas, dejabas la caja fuerte abierta muchas veces - ¿y lo contaste? - No, pero tenías un papel encima que ponía la cantidad que había en cada bolsa - Me asombras, a veces me pagan en negro - Bueno es normal curiosear de lejos - Lo importante es que no cogiste nada - Por favor, por quien me tomas, eres mi amiga - No sé Mila, pueden venir malas rachas - Sabes que no pasará, que tienes la vida solucionada, y a mí me ahorrarías muchos problemas - Déjame pensarlo - Sí, pero no mucho. Tengo que responder en menos de diez días - Encima con presión - Si no fuese totalmente necesario, no te lo pediría - Lo sé - Bueno ahí vienen las brochetas, cenemos tranquila, no hablaré de Dora - Mucho has tardado en sacar su nombre - Se ha pasado esta vez, creo que hace las cosas sin pensar en las consecuencias, como hasta ahora le ha salido todo bien - Dejémoslo, lo estoy asimilando, supongo que la primera vez que los vea: me dolerá, pero luego no será un problema, como siempre pasa - Claro que sí, además con lo guapa que estás ahora, seguro que pronto vuelves a tener pareja - A veces no depende de la belleza, si no de la actitud, y ando un poco desanimada - ¿No te sale trabajo? - Sí, tengo que decir que no a muchos, pero no sé, no tengo a Gisela conmigo, y quizás me arrepienta con los años - Creo que no, que haces lo adecuado, las circunstancias mandan siempre, y no paras en casa, ni dos semanas seguidas - Gracias, quiero pensar lo mismo - Luego vamos a una discoteca nueva, de mayores de treinta, seguro que habrá alguien que te cambia esa cara. Canarias alegra la vida, hasta del más pirata - Vengo preparada… BEGOÑA Begoña era la más independiente de todas, seguía la amistad, pero desde la distancia. No se sabía mucho de su vida íntima, guardaba mucho las formas, como que no quería que su vida personal fuera descubierta, y todas la respetábamos. - Buenos días - Buenas, cuanto tiempo Begoña, ¿cómo estás? - Bien, gracias, sé que tú también lo estás, a pesar de todo - Sí, me van bien las cosas. Te iba a llamar, porque quería veros a todas - Claro, esta noche me paso por allí, y me cuentas, porque Mila me ha dicho que anoche ligaste con Tomé - Sí, no sé. Iba dispuesta a ligar, ya sabrás lo de Dora, y quería besos, aunque fueran de mentira - No te preocupes, a veces las cosas pasan por bien, quizás de otra forma la historia entre Orlando y tú no hubiese terminado del todo, y no hubieras pasado página, para conocer a un buen hombre - Tienes razón - Y cómo fue la noche - Me lo pasé muy bien, me trató como a una princesa, y no solo en la cama. Hacía tiempo que no sentía nada al hacerlo con Orlando - Como la canción - Si era una especie de broma, lo que quiero decir que Orlando y yo al final no quedaba nada, después de tantos desencuentros, pues pasó factura en el sexo, era más bien una costumbre, que hacer el amor - Suele ocurrir - Ni me acuerdo si alguna vez me han querido hacer el amor o solo ha sido sexo - No pienses en eso, ya es pasado - Sí, mejor no pensar. Cuando se entere mi hermano que me lié con un amigo suyo, se va a molestar - No lo creo, somos mayores - También tiene razón - Bueno esta noche me cuentas, me paso sobre las nueve, ¿te parece bien? - Sí, te espero. Hare sushi, me he comprado un aparato nuevo - Genial, me encanta la idea Estaba feo contar cosas de la intimidades a una amiga, pero la verdad que le había encantado estar con Tomé, siempre le gustó, pero le tenía algo de respeto por mí, no sabía lo que iba a decir, cuando me enterase de que casi tengo un cuñado amante, amigo de la infancia. Le agradecía que la hubiera animado, se sintió bien con él, con Orlando siempre estaba tensa, no se relajaba del todo, porque antes de besarla, siempre había algún tipo de menosprecio, no sé porque no la dejó antes, quizás porque no era el momento. Se puso música, esta vez Coldplay, y cocinó el arroz con un poco de laurel, a las ocho estaba todo listo, para recibir a una amiga, que quizás la ayudaría aún más con lo de Dora - ¡Qué guapa Valeria! - Tú también - Bueno se hace lo que se puede, no todo el mundo tiene ese cuerpo, y menos después de haber parido - Gracias, dicen que uno no deja muchas secuelas, que con el segundo es cuando ya el cuerpo va cambiando - ¿Tendrás más? - Por el momento no, por el trabajo - Claro, aunque lo mismo Tomé hizo méritos - Pusimos medios - Cuéntame, me hace un poco de gracia - Pues no me reí, disfruté como hacía tiempo - Bueno Orlando también en eso era bueno, creo yo - ¿Y por qué crees que duré tanto?, por su comportamiento te aseguro que no - Claro, olvídale - Estoy en ello Siguieron hablando de sus películas, del trabajo de Begoña, le enseñó las últimas fotos de Gisela, y pasaron una velada estupenda, más tarde se atrevieron con un Ron Miel, creo que Valeria quería ahogar un poco las penas. Se puso nostálgica, y se tumbó encima de Begoña, mientras ella la miraba y le acariciaba el pelo. Entonces hubo un silencio, y en medio de la noche, con los cantos de los grillos y las aves, el alcohol y la oscuridad, Begoña le dio un beso - ¿Qué haces Begoña? - Perdona no sé lo que me ha pasado, el alcohol supongo - No lo vuelvas a hacer - Disculpa, me he dejado llevar - Tienes que contarme algo - No, ni quiero que comentes nada con las demás - Todas sospechamos, aunque no lo digamos - Pues que se quede en eso - Tienes que liberarte, eres una mujer inteligente, tienes que darte una oportunidad - Soy feliz así, solo me he dejado llevar por la situación - No voy a presionarte, lo quería comentar, por si te servía para estar mejor, para que sintieras mi apoyo, supongo que necesitarás tiempo - No necesito nada, ya te he dicho que me he dejado llevar por la situación - Pues déjate llevar, pero con alguien que te corresponda, tu corazón se alegrará - He dicho que no quiero hablar más del tema, y espero que tú tampoco con nadie, tengo un buen trabajo y no lo quiero perder - Por favor, el mundo ha avanzado - Eso es lo que dicen, pero no en todos los lados - Como quieras, te voy a seguir respetando, como hasta ahora - Gracias - Bueno voy a sacar algunos dulces con plátano de aquí para el postre - Yo me quiero marchar - No lo hagas, para mí todo sigue igual, no ha tenido la menor importancia - No lo entiendes verdad - Claro que sí - No, no me gustan las mujeres, solo me gustas tú, siempre has sido tú, siempre te he querido y es la vez que más cerca he estado de ti, quizás la última - Begoña - Quiero irme, no me siento bien, - Como prefieras - Lo dicho, espero que esto no salga de aquí - No te preocupes, soy tu amiga antes que nada, tú decides - Olvídalo - No sé de qué me hablas TANA Tana siempre fue la empollona del grupo, muy inteligente, además de culta, pero se quedó embarazada con 17, acabó el bachillerato, con la intención de hacer una carrera más adelante, cuando su hijo estuviera criado, pero tuvo uno tras otro, y en fin la vida te va llevando por caminos, que no habías pensado. A Valeria le daba algo de pena, porque siempre la veía triste, incluso algo desaliñada por el trajín de la casa, y siempre le hacía buenos regalos por su cumpleaños, para animarla un poco, porque su marido, bueno ya se sabe, se casó obligado y ahora solo tiene responsabilidades, de las que se hacía cargo, pero no era lo que se dice un amado esposo, más bien un hombre amargado, porque quizás tampoco buscó eso en su vida, pero eso no le importaba ya ni al diablo. Además se sentía intimidado por la inteligencia de Tana, muchos hombres prefieren a una mujer algo tonta y sumisa, para hacer y deshacer a su antojo, y eso creo que también los separó un poco, no tenían el mismo nivel intelectual, Tana era muy superior, fue un rollo de juventud, que se complicó - ¿Tana? - Si, Valeria, que alegría. - ¿Cómo estás? - Ya sabes, liada - ¿Es tu cumple hoy, no? - Sí - Felicidades - Gracias, siempre te acuerdas - Claro que sí, te llamo para ver si te apetece hacer un plan conmigo y Gisela, así sales un poco de la rutina. Este fin de semana la tengo, y la voy a llevar al Loro Park, para que vea los animales, se lo prometí. Vente con alguno de tus hijos o con todos, como quieras - Es caro Valeri - Sabes que lo pagaré yo, anímate, a los niños les encantará - Está bien, me llevaré a la pequeña, los ostros dos ya son más independientes - Verás lo bien que lo pasamos - Gracias, ¿Cómo lo hacemos? - Hoy serás mi princesa, te recojo yo - Muchas gracias Valeria, eres mi ángel de la guarda - Para eso están las amigas Se pasó por ella, sobre las cinco, después de un barraquito con un vecino (le había invitado para que se conocieran, porque ya dije que se trataba de una urbanización nueva, algo aislada, con vistas al Teide, que fue lo que le gustó). Vino con Martina, quien era muy amiga de Gisela, porque tenían más o menos la misma edad, y coincidían en el colegio. Se había arreglado algo, pero en su cara nada más que había cansancio, las ojeras muy marcadas, que siempre te dicen que algo pasa. Cogieron un carrito doble, que había en el parque, para llevar a las niñas, y fueron paseando tranquilamente - ¿Cómo va todo? - Bien, tenemos una rutina muy grande, deseando que crezca Martina, para ver si estamos más libres los dos - ¿No tendréis más hijos? - Me ligué las trompas en el último embarazo, ya sabes, a mi marido el pito que no se lo toquen, es muy hombre él. - Bueno es lo mejor, tres es un gran número - Sí, familia numerosa ahora - Veras que cuando menos lo esperes, ya van a la universidad - Sí, pero ha sido duro para mí, me he visto para todo sola, aunque tuviera marido - Suele pasar - ¿Y tú qué tal? - Bueno después de una serie, creo que probaré suerte en EEUU - ¡Qué bien!, (pero torció la boca, como siempre pasa cuando no estás de acuerdo). Hace que no veo una película un siglo - Pues la próxima vez vamos al cine - Claro, tu invitas, como siempre (volvió a torcer la boca) - Como prefieras, no sé si te molesta, lo hago por bien - Perdona, te lo agradezco, es que no tengo un buen día, porque discutí con mi marido, no quería que viniera, no quería ponerle la merienda a los mayores, cree que pierde algo de su virilidad en eso - Hombres - Si, hombres - Toma te he traído un regalo - Valeria con lo del parque era suficiente - Toma - Es una indirecta ( era un estuche de pinturas de marca cara) - Te lo tomas todo a mal Tana, creo que es un regalo bonito - Sí lo es, perdona, ya te dije que no era un buen día - Lo comprendo, yo también tengo los míos - No sé yo, si tú sabrás lo que es tener un mal día - Sí lo sé, a veces tengo mucho estrés - Tienes un trabajo cómodo - Bueno no recolecto como tu marido, pero también sé ganarme mi dinero, no creas que me lo regalan, nadie da algo por nada - Menos tú - Solo a la gente que quiero, y te quiero - Perdóname es que llevo unos días horribles, los niños se han puesto malos a la vez, yo también caí y mi marido no ayuda, Además digo que hoy voy a salir, cuando él está todo el día por ahí, y me la lía. Perdóname - No hay nada que perdonar, sé de tu situación. Vamos a tomar un helado de chocolate, que seguro que nos anima - Tú invitas - Claro que sí, no te preocupes, ya te dije que hoy eras mi princesa DIA ANTES DE LA MUERTE Esa mañana Valeria o Valeri se despertó alterada, sin un motivo importante que lo provocase, tenía que hacer cosas, como ir al abogado, pero no había ningún tipo de prisas. Se duchó, tomó su tostada con aguacate y zumo de naranja, había empezado a cuidarse, siempre que iba a Tenerife, se relajaba en todos los sentidos, incluyendo en la comida( le encantaban las papas arrugas con mojo canario), pero le quedaban pocos días para regresar a Madrid y empezar la serie en el café Gijón, en la que pondría la vida, quizás no le diesen un Goya, pero esperaba que le abriera las puertas de Hollywood, ya que miraban tu pasado, para ver si merecías la pena (en todos los sitios se piden referencias, no lo olviden, por si quieren que se les tengan en cuenta). Se vistió de manera formal: un vestido suelto de girasoles, unas bailarinas a juego con el bolso de mimbre, y maquillada solo con una sombra verde en el mismo tono que el vestido y algo de brillo en los labios y uñas. Se puso unos pendientes dorados en forma de luna, con la alianza de su abuela (era bueno que creyeran que estaba casada, para que no sospechasen que vivía sola en casa). Estaba guapa, siempre lo fue, aunque a veces no lo pareciera. Se sentó un rato frente a la chimenea, pensando por donde había llevado la vida a sus amigas, como las había separado, como se había marchitado el sentimiento de fraternidad que tenían de jóvenes. Se querían, pero ya había otras preocupaciones, y las prioridades cambian, quizá para Valeria no tanto, quizás porque vivía de forma desahogada o quizás porque tenía un corazón más noble que el del resto o quizás eran las dos cosas, nunca se sabe, pero todo había cambiado entre ellas, y como pensaba que según pasase el tiempo, se irían separando más, había decidido hacer una fiesta pijama, antes de su viaje a Madrid, no sabía si volvería o se marcharía a América directamente, por si acaso le dejó las llaves a su hermano, para que se instalara mientras estuviera en Tenerife, en vez de ir a casa de sus padres, así no parecería una casa abandonada. Bueno a ver qué pasaba, el tiempo manda. Cogió un taxi, siempre le mandaban el mismo, porque le daba confianza. Fue al centro de la ciudad, allí estaba el despacho, además quería hacer algunas compras, como algún regalo importante para las amigas, como último recuerdo, ya dije que veía que era el comienzo del final, aunque doliera admitirlo - Hola Valeria, estás cada día más joven - Bueno la dieta ayuda - Sí, algún día la empezaré - Todo es concienciarse - Lo sé, bueno pasa, y dime para qué me necesitas - Es en relación a una amiga, quiere que le deje 25000 euros, porque se va a comprar una casa y necesita ese dinero, para no pedir hipoteca. Se supone que me lo devuelve con algún tipo de interés, cuando venda la casa de los padres. ¿Podríamos hacer algún tipo de contrato en el que se deje claro que no perderé el dinero? Es mío y también de mi hija, no se va a quedar sin él - Claro que podemos inventar un contrato relacionado con ese tema, pero ¿realmente quieres hacerlo?. Las amistades van y viene, hoy te quiero y mañana ni me acuerdo, pueden pasar muchas cosas durante ese tiempo, y además hoy te pide eso y mañana un riñón, apareciendo los problemas si te niegas a hacerlo. Por lo general no se valora mucho las cosas buenas que hagas, solo la que no hagas, creo que ya tienes edad para saberlo - Somos amigas de la infancia, no creo que eso ocurra - Bueno he visto de todo entre familiares, imagínate con un amigo, que va creciendo, y no siempre en consonancia contigo - Lo quiero hacer, quiero ayudarla, siempre que se quede claro que no pierdo el dinero. Buena sí, tonta no - Como quieras, es tu dinero, tu mandas - Te enviaré en un mensaje los datos que necesito, y cuando podéis pasar las dos para firmar - Gracias - No estoy de acuerdo, pero repito, tú decides - También te quería hablar de otro tema - Dime - Es relacionado con mi Testamento. No quiero que Orlando disponga de la herencia de Gisela libremente, si es que me muero pronto por algún motivo. ¿Se puede hacer? - Se puede hacer de todo, tanto para bien como para mal, quien conozca la Ley, conoce la trampa - Pues hazlo también, no sé muy bien cómo se podría gestionar, pero me gustaría que lo hicieras pronto - No te preocupas, ya lo hablamos por teléfono, déjame pensarlo detenidamente y te comento, quizás lo tenga listo para cuando vengas a firmar lo de tu amiga, y así dejas los dos temas solucionados - Gracias, me voy el Viernes que viene, y no sé cuándo volveré, ¿es pronto? - Tranquila, dejo todo un poco aparcado, y me pongo contigo, sabes que eres mi prioridad - No seas tonto - Vamos no nos casamos, porque no quisiste - ¡Qué tonterías dices! - Mi mujer no me deja ver tus películas, vaya que me encariñe, porque sabe que fuimos compañeros en el colegio - Si le sirve de algo a tu mujer, dile que no me suelen ir muy bien en lo sentimental - Orlando no era buen asunto, pero no le hiciste caso a tu hermano - No es tan mal tipo, es egoísta, como la mayoría de los hombres, pero no es mal hombre, sabe hacerte feliz, si se lo propone, lo que pasó es que no quiso seguir haciéndolo conmigo, y la verdad no me haría gracia que lo hiciera con otra mujer con mi dinero o con el de Gisela - Es comprensible, te aviso cuando esté todo preparado - Gracias, espero la llamada La acompañó hasta la puerta, y pudo ver como sonreía desde el ascensor, era muy amable, pero tenía familia y esas cosas había que respetarlas. Se marchó al Corte Inglés antes de coger otro coche para el Puerto, quería comprar el regalo, porque aunque no hubiese noche de chicas, por los compromisos que tuvieran, se lo daría a Mila, cuando firmaran el contrato, tarde o temprano vería a las demás, Tenerife era una isla pequeña, no era Japón. Se pasó por la parte de la joyería, y en Salvatore vio unas pulseras de cuero, que parecían buena, no creía que se estropeasen rápido. Dudó, porque quería que fueran para toda la vida, así que optó por otras de plata, las vería más duraderas y algo holgadas, por si alguna se convertía en una abuela con algo de grasa. Valeria tenía buenos sentimientos, ya lo comenté, y creía que las demás personas eran como ella, sin saber que todos cambiamos con los años, y no de forma buena. Metieron las pulseras en bolsas individuales, las pusieron muy bonitas, dentro de un estuche con clase, las introdujo en una bolsa plegable que llevaba en el bolso, para que no se las robasen por la calle, y marchó contenta con la compra. Le daba pena dejar su tierra, sus raíces, pero quería más en la vida, si te dan la posibilidad de ascender, pocos motivos hay para rechazarlos, porque nada más que hay un vida, y hay que llegar a lo más alto, no por ambición o dinero, sino por satisfacción personal, la satisfacción de poder demostrarte que vales algo más, que lo que tus enemigos te marcaron Se fue a la parada de Taxi, y justo cuando iba a abrir la puerta, le dieron en el hombro - ¡Bartolomé! - Por favor, llámame Tomé, que dormí contigo hace poco - Es verdad, supongo que me he puesto algo nerviosa - Luego haré que te vuelvas a relajar (se lo dijo al oído, estrechándola de la cintura) De joven a veces cometía un error, una vez que tenía sexo con un chico, cuando lo veía después, parecía distante, pero era porque le daba vergüenza, le vencía la timidez, que poco a poco superó, pero con Tomé había surgido, porque lo conocía desde niño, y habían roto algo, no sabía el que, pero ya no sería nada igual entre ellos, por eso quizás volvió a mantener distancias, porque no sabía muy bien cómo actuar, pero todo lo olvidó cuando la invitó a una caña en el bar - ¿Cómo estás? - Bien, bien - Siempre desee estar contigo - Pues te fuiste sin despedirte - Tenía que trabajar - Podías haberme llamado al día siguiente, creí que no te volvería a ver, que fue de esas noches que estás un poco bebido y comentes locura - Por mi parte no, simplemente quería arreglar algunos asuntos antes de volverte a ver, te iba a llamar mañana por la noche, por si querías que me pasara por allí - No sé, quizás nos confundimos - Sabes que no, que estuvo bien - Sí, si lo estuvo, me relajé mucho, y no siempre es así - Me alegro - Y que era lo que tenías que arreglar - Asuntos personales, ya te contaré cuando llegue el momento - ¿no trabajas hoy? - Tengo mi propia oficina de seguros, he salido a ver a un cliente, y ya volveré por la tarde - Quieres venir a casa a comer, pedimos algo, en la Taberna del Puerto hacen comida casera para llevar, si es que no te conformas con una pizza - No te preocupes, veré que tienes en la nevera y cocinaré algo para ti - Es que tengo poco cosa - Seguro que se me ocurre algo - Vamos el coche lo tengo en ese parking - Esta vez no te vayas sin avisar - Lo mismo no me voy Llegaron en menos de media hora, y lo de la comida lo dejaron para más tarde. No eran unos jovencitos, pero aún había pasión en ellos, como si hubiese sido un deseo contenido por algún motivo, y por fin habían podido dar riendas sueltas a su imaginación, y además habían sentimientos, había un nexo de unión, que solo se gana con el trato y con el tiempo. No se trataba de un acto sexual, llevado por la lujuria de dos cuerpos dispuestos, pero nada en el corazón ni en el cerebro, había cariño y respeto, algo que a veces es más difícil de conseguir, que un matrimonio marcado por las convicciones y costumbres de especies de reos. Se abrazaron, muy fuerte, uno quizás porque estaba enamorado y Valeria porque necesitaba creer que podía enamorar a alguien, sin motivos económicos que lo midiese. Orlando la hizo insegura en ese tema, porque no la valoró mucho como mujer, y se quedó con muchos bienes materiales, aunque se dijese que eran para Gisela, y eso la marcó un poco, aún no había perdido belleza, pero creía, que desde que había triunfado, se fijarían más en su monedero que en otras virtudes. A veces se conformaba, y decía “siempre te quieren por algo”, mejor por el dinero, que por un trasero, que colgará con el tiempo. Una pena pensar así, creo que los hombres no saben las consecuencias que pueden tener un fracaso en una mujer, por lo general si una mujer dejaba a un hombre, había algo de violencia por un orgullo dañado o con suerte al día siguientes estaba con una más joven y más guapa, para joder lo que pudiera; pero en una mujer la forma en que la trates, le puede crear una inseguridad eterna, haciéndola dudar de su capacidad para enamorar o para ser quien realmente era. Creo que muchos no lo saben, porque no serían tan crueles, o eso quería pensar, siempre excusando al que con heridas paga sus guerras. - ¡Uy!, Ha anochecido… - Bueno creo que es hora de que comamos algo - Vamos a la cocina - Creo que al final vamos a tener que pedir - Seguro que no, aunque sea un buen sándwich, no hago uno cualquiera Y efectivamente, tomó unos filetes pollo, verduras y pan (lo que solía tener siempre en la nevera) e hizo los bocadillos más ricos que había probado jamás Valeria, calentitos del horno, con mayonesa, tiernos y sabrosos, como cuando vas a un restaurante de primera - Creo que no te voy a dejar escapar - Me alegro que pienses así, porque no me lo he tomado como una aventura - Tomé, no hagamos planes, siempre salen mejor las cosas así - Es verdad, pero no me tomes como una rollo - Jamás podría - He roto mi compromiso por ti - ¿Qué dices? - Si me iba a casar este verano, y lo he anulado - Por una noche - No, por ti. Quiero intentarlo, y no acepto negativas - Pero Tomé me voy a Madrid, y seguramente después a América - ¿Qué dices? - Claro tengo compromisos profesionales - Pues rómpelos - No puedo, tengo que ganarme la vida - Te mantengo - No me fio de los hombres - Pero no soy un cualquiera - Lo sé, pero no puedo dejar mi vida por una noche - No ha sido una noche cualquiera - También lo sé, pero no voy a cambiar mi vida por nadie, ni siquiera crio a mi hija, como para irme contigo y dejarla con Orlando, así sí que me sentiría mal - Nos casamos, y pedimos la custodia - Tomé estas corriendo mucho, casi no nos conocemos - Por favor, nos conocemos desde niños, no hay nada que no sepamos uno del otro - No sé - Mira te vas a Madrid, haces la serie, seguimos en contacto y ya te convenceré para que lo de América se quede en un segundo plano - No me quiero arrepentir con el tiempo - No lo harás, sabes que te quiero, te lo he demostrado - Creo que es una locura - Valeria he roto un compromiso importante por ti, no me puedes dejar tirado, no lo admito - Pero es que tenías que habérmelo consultado - No voy a consultar nada que mi corazón tiene claro - La vida da muchas vueltas - La mía dio las suficientes, y se ha parado contigo - Tomé no sé - Te convenceré, solo déjame hacer - Bueno cenemos, por cierto, ¿no tienes que ir al trabajo? - He dicho lo que tenían que hacer. Mañana por la mañana iré, me ducharé antes en mi casa, para que no se note nada. Ahora vamos a ver una película relajados - ¿Quieres ver alguna de las mías? - Me las sé todas de memoria, algo que no hayas visto, que puedas estar concentrada, sin pensar mucho. No es bueno analizar los temas sentimentales, hay que dejarse llevar, mejor que ir calculando los movimientos adecuados Valeria se quedó confundida, después de la separación, se prometió así misma que jamás dejaría su carrera profesional por nadie, pero por otro lado sabía que era muy difícil encontrar un hombre, que la amase de verdad, ya había pasado la treintena y era joven, pero no tanto para algunas cosas (las buenas oportunidades no se repiten). Además tenía la vida resuelta, quizás hubiera podido construir una gran fortuna, pero había cosas más importantes como: el amor, el respeto y la confianza, porque no están en venta. Así que se abrazó a Tomé, deseando no equivocarse, con lo que decidiera, mientras intentaba adivinar quién era, el que miraba por la ventana entreabierta. UN MES DESPUÉS DE SU MUERTE Estuve muy atento a toda la investigación sobre la muerte de mi hermana, casi iba a diario a la comisaría, el Inspector me comentaba que no había mucho avance, que quien hubiera sido, fue muy inteligente. Habían mirado en su círculo, y motivos tenían todos, porque no hace falta mucho, si realmente quieres matar a alguien, basta con que se te meta entre las cejas, pero no se podía demostrar. Me comentó que también habían investigado a la ex de Bartolomé, con quien había vuelto, y me dijo que no creía que fuese ella, porque le faltaba tiempo para pensar en algo tan bien hecho, además era la típica niña bien, incapaz de hacer algo por sí misma, y tenía coartada. Me dijo que Bartolomé pasó unos días muy bonitos con mi hermana antes de morir, estoy seguro que hubiera olvidado del todo a Orlando, si la relación hubiera continuado. Una pena que Tomé se tuviera que ir el día antes a Gran Canarias a arreglar papeles, quizás no hubiese pasado la desgracia, porque la autopsia dejó claro que fue envenenada, sin poder demostrar donde pusieron el veneno, porque en la casa no se encontró nada. No sé porque mi hermana no puso cámaras, siendo una persona famosa, quizás lo sabían y por eso anduvieron a sus anchas. Las cámaras de la calle vieron salir a sus cuatro amigas, pero también la vieron a ella despedirse en la puerta como si nada, y por lo visto ese veneno es muy efectivo, casi instantáneo, ya saben cómo el arsénico que Hitchcock utilizó en una de sus películas. Lo malo que por la puerta de atrás no había ninguna cámara cerca, y si entraron por ahí después, nadie pudo identificar al asesino, porque ningún vecino vio algo sospechoso. No eran muchos, era una zona en la que se estaba empezando a construir chalets, una urbanización algo cara, pero como no estaba totalmente terminada, no había mucho vigilancia, quizás dentro de unos meses hubiera sido otra cosa, pero hoy por hoy, casi abandonada. Me instalé en la casa, toqué lo imprescindible, revisé todo y no había nada por ningún sitio que me hiciera sospechar, porque el de los anónimos era inofensivo, un chico algo retrasado con quien tuvo amistad por internet e incluso vio algunas veces. No sé porque se atrevía a tanto, ya lo dije, bueno sí lo sé, no veía la maldad en el prójimo. Me daba tanta pena, que me había prometido a mí mismo, no irme de este mundo, sin haber cantado las cuarenta a quien lo hubiera sido, no pedía venganza, pero sí justicia. - Hola Inspector - Llámame Diego - Como prefieras - ¿Sigues por la isla? - Me he pedido un tiempo de excedencia - Si se lo puede permitir - Mi hermana me dejó algo de dinero, y lo gastaré todo para saber lo que ocurrió - Hacemos lo que podemos - He cogido también a unos detectives - No creo que vayan a saber más que nosotros - Pero me quedo más tranquilo - Cada uno que haga lo que mejor vea - ¿Alguna novedad? - Poco que contar, las amigas todas unidas y parecen buenas - Sigues pensando que es alguien de ellas - Sí, pero aunque encuentro razón en todas, nada que justifique una muerte. Se llevaban estupendamente las cinco, según se ve por las conversaciones por teléfono - ¿Pero quién pudo ser? - Ni idea, teníamos ese hilo para tirar de él, pero no nos ha llevado a ningún sitio - Y alguna actriz celosa porque le daban todos los trabajos - No tenía mucho trato personal con nadie del mundo del cine, solo profesionalmente, guardaba las distancias - Se lo dije yo - Hiciste bien, pero no creo que esté por ahí el asesino - O asesina - Claro - Y que vais a hacer - Vamos a seguir investigando y controlando a las amigas, sigo pensando que está ahí el problema, aunque aparentemente no lo sepa ver - Si puedo hacer algo - No, pero si sus investigadores tienen alguna novedad, no duden en decírnoslo - Claro - Te llamaré - Vendré de todas formas, la semana que viene - Como prefieras Álvaro, te entiendo - La quería, era para amarla - Pues alguien pasó del amor al odio Estuve así unos tres meses. La policía sin novedad, y los investigadores contándome lo que ya sabía, hasta que al cabo de unas cuantas semanas me volvía a llamar el inspector, quería hablarme de una posibilidad, algo ilegal, pero que sería la única solución para saber qué fue lo que pasó, si es que el culpable estaba entre las amigas. Fui corriendo, no podía abandonar Tenerife sin saberlo, y mi jefe me estaba llamando la atención, porque me necesitaban y si no contaban conmigo, iban a buscarse a alguien nuevo. - Buenas, he venido corriendo - Gracias - Puedo hacer algo - Solo quiero informarte, ya que no he podido darte ninguna pista estos meses - Cuando quieras, estoy nervioso - Mila se va a operar de unos quistes en el ovario - Y eso que tiene que ver con mi hermana - Conoces el suero de la verdad - Ni idea - Es una medicación psicoactiva, que es utilizada para obtener información de una persona. Muchas veces no se puede usar de forma legal, pero hemos hablado con los médicos y nos ayudarán, se la inyectarán. Creo que es la única forma de obtener algo. - Bueno están otros medios para ver si mienten - Este es más fiable, y se obtienen más información - Es verdad, en los otros solo es sí o no - Y puedo estar delante. - No, solo estaremos: mi ayudante, los médicos y yo - Y cómo sabré - Lo grabaremos - Cuando será - El próximo Jueves - Puedo esperar fuera - No, te llamaremos esa misma noche, para que puedas descansar - Por favor Ese jueves Mila fue ingresada a las doce de la mañana, y a las tres pasó a quirófano, fue más tarde, cuando aún estaba inconsciente, cuando se llevó a cabo dicha misión - Te llamas Milagros Pérez Gálvez - Sí - ¿Qué edad tienes? - 34 años - Eras amiga de Valeria Rodríguez Ruíz - Si, desde niñas - Tienes algo que ver con su muerte - Sí - Solo tú - No - ¿Quieres contarnos lo que pasó? - No - Tienes que hacerlo, poco a poco, pero debes empezar a hablar - Vale - Cuando quieras - Todos los viernes nos reuníamos en casa de Begoña mis amigas y yo, para ver películas de Valeria. Era nuestra tarde de chicas, los maridos lo permitían. Al principio nos encantaba verla en esos films, la adulábamos, nos sentíamos orgullosas, pero no sé cómo, creo que empezó Tana, empezamos a cogerle manía: que si mira que se cree alguien importante, que no para de comprarse cosas, que con los tratamientos que se hace de belleza está más joven que antes, que seduce a todos los hombres, que si había abandonado a Gisela para vivir la vida, que había cambiado mucho, que no la soportábamos, porque no estaba en el mismo nivel que nosotras, que se creía superior, que si se hacía la buena… - Basta es suficiente, y ahí empezasteis a odiarla - Sí - Todas - Dora menos, hasta que se fijó en Orlando, y empezó a animar más que nadie - ¿Cómo la matasteis? - Con veneno - Pero quien lo puso - Entre todas - Explícalo - Valeria utilizaba pastillas para dormir - Pero ahí no estaba el veneno - Sí estaba - Pero si era un bote como los americanos, con las pastillas justas, hechas expresamente para ella, con una mezcla de medicinas - Dora es una artista y copió la letra que había en el bote, yo le facilité el material, trabajo en un hospital - Quien consiguió el veneno - Tana - Cómo - El marido es agricultor y usa insecticidas efectivos - Pero quien supo cual usar - Begoña investigó en casa de su madre, tienen muchos libros de plantas, era profesoras de biología en nuestro colegio - Claro, por eso no había nada en sus ordenadores sospechoso - Por eso, tuvimos cuidado - Pero por qué la queríais matar, no sacabais nada - El principal motivo era el odio, simplemente la empezamos a odiar, y veíamos en cualquiera de sus imperfecciones, la excusa para justificar nuestros sentimientos, e incluso el asesinato. También pensábamos que algunas saldríamos beneficiadas, por ejemplo me prestó dinero y le dije que le pagaría con la venta de la casa de mis padres, y mis padres siempre han vivido de alquiler. Dora estaría tranquila con Orlando, porque aunque Valeria lo dejó, no veía que la quisiese, Dora tenía miedo de que volviera con la madre de su hija, que además era rica. Tana era pura envidia de la vida que llevaba y Begoña se unió, sin saber por qué (nunca se supo, pero nosotros sabemos que fue por vergüenza), pero más que nada es que unas a otras nos incitamos a odiarla - ¿Cómo lo hicisteis el día del asesinato? - Cuando fuimos a su casa para la fiesta pijama de despedida, le cambiamos el bote de pastillas. Cuando nos marchamos, dimos un par de vueltas con el coche, hasta que Begoña fue por la parte de atrás, esperamos a que Valeria se fuera a la cama, dijo que lo haría directamente, y bueno era confiada, poco cuidadosa, dejaba las ventanas abiertas cuando dormía, tenía algo de claustrofobia, por eso se compró una casa, no un piso, para evitar los ascensores. Fue fácil entrar, ya que murió a los pocos minutos. - ¿Sufrió? - Sí, un poco ( sonrió ) - ¿Algo más? - Volvimos a cambiar las pastillas, y Begoña destruyó el bote en un fuego que hizo en la casa de sus padres, quienes se habían ido a pasar unos días a la península. Nadie la vio, fue un fuego pequeño en la chimenea, que luego limpió bien. No encontrasteis nada, porque hizo que su perro hiciera pipí y caca ahí, antes de que vosotros investigaseis - Y donde quedabais para hablar, después de lo sucedido - Nunca más hemos quedado, prometimos que si acaso nos veríamos una vez al año, nada de los viernes, como antes. Jamás volveríamos a hablar del tema, ni en público ni en privado. Valeria había muerto, estábamos contentas, pero nunca recordaríamos lo ocurrido, sería como una laguna en nuestras mentes, ni veríamos ninguna película de ella, había muerto en todos los sentidos - Pero, ¿qué os hizo? - Nada, realmente nada - ¿No os daba pena dejar a Gisela sin madre? - Tendría a Dora, es pequeña, se le olvidaría, como esperábamos que les pasaría a todo el mundo - Pero solo fue por Odio - El principal motivo fue ese, poco a poco nos incitamos unas a las otras, ya lo he comentado, lo demás fue simplemente buscar una justificación y excusa - ¿Y os arrepentís? - No, además no nos han descubierto - Teméis consecuencias, no las pensasteis - Ni las hablamos, siempre creímos que saldría bien - Iréis a la cárcel - Pero conseguimos lo que queríamos: Valeria está muerta, LA ODIÁBAMOS!!! Pueden imaginar cuál fue mi sorpresa al enterarme de que las amigas íntimas de mi hermana, habían planeado su muerte, sin un motivo justificado, solo el que ellas crearon en su mente. El inspector se confundió en una cosa: no fue una mujer, fueron cuatro, y estaba deseando que llegara el momento de verlas en la cárcel, porque iría a visitarlas, quería apreciar en sus ojos el sufrimiento, durante el resto de sus vidas, no pedía más, ya lo dijo mi hermana en una ocasión: “con el daño que me habéis hecho, algo bueno en vosotras ha muerto, y con eso me basta”. A Valeria la habían matado en vida, pero por lo menos se había hecho JUSTICIA, no venganza… ¡Ah!, el hombre de la ventana era el vecino, quería devolverle un pañuelo, que se dejó cuando estuvo en su casa. Además de confiada, era despistada, era un cúmulo de imperfecciones, que te encandilaban. Espero que les haya entretenido mi pequeña novela. Muchas gracias!!! MARISA MONTE
Página 1 / 1
|
Gustavo Adolfo Vaca Narvaja
Un cuento corto muy bien llevado y que lentamente va caracterizando a cada personaje para que el lector vaya haciendo sus propias reflexiones hasta llegar a un final casi cantado en el procedimiento pero con algunas pistas que van dejando huellas. Un hermano tenaz que decide y define .Ahora bien, deja sin aliento la capacidad que tiene la envidia para definir acciones. Y sabemos que justamente la envidia es uno de los SIETE pecados capitales
Felicitaciones Sandra
Sandra Mara Prez Blzquez