Breve: Como la copa de los árboles que se  doblan al viento.
              Jamás transida: como la nieve que trepa a tus muñecas.
              Tranquila: Como un cúmulo de cobres conspícuos vigilantes.
              Existes en ese éxtasis que miro cuando la luz plena mi pensamiento
    y el romanticismo se prende a mis pupilas y la vista va más lejos que los presentimientos.
              Te siento a la vez que cruzo por calles de ceniza y cales derramadas:
              Estás ahí, a la distancia mínima en que crece mi mundo.
              Garbo sin altivez, es el detalle que te hace diferente de otras.
              Quizás transpiras y no lo sé: no pueden atraparte mis sentidos.
           Sobreentiendo que arrojas destellos sobre lo que es esencial y me encamina.
           Por qué mi sueño te diseña tránsfuga?.... No puede desertar lo que no he apetecido
           si no hasta hoy, en ese anguloso paisaje que me sigue y me cruza
           adelantándose por veredas ciertas, que no hollé porque aún camino en mi fango,
      no en el lugar del céfiro y de nacientes de lumbres, donde la rosa es fuego que se engrana
         alrededor de tu idea, al calor de la vida en que te constituyes llama ilustre.
         Puedo percibirte al cruzarme reflejos y destellos que no son muy dados a mí,
         que soy de carne humana y apenas entreveo lo que ojos puros verían.
         Sé que te encuentras en ese eco que me espía y que no pueden reflejarte los espejos.
         ..... Más sólo lo sé de facto: escuchas los coloquios que tengo con la noche profana
          en que no hallo el sueño y no pienso en que es por ti que el lirio delira 
        y no sé si te moja la lágrima que arroja el que no encontró el descanso de los tréboles
                            y el viento tapia con muy suaves ventiscas.