Amanece
Publicado en Feb 03, 2024
Amanece, sencillamente la noche enorme pasa
sobre mi cuerpo sin olas, llevándo mi cansancio en su cúmulo de odas. Simplemente soy cuerpo que doblegó el cansancio y mi tristeza íntegra, sobre una peña fuerte que mojé con el sudor que arroja cada poro al ser golpeado. Ser de sangre y pretextos, ser que se reconstruye cuando voy en oníricos velámenes partiendo hacia el abismo sideral que suaviza pesares y aminora tristezas. Las manos oceánicas se llevan de mi mente cerros de confusión, y agitación subyuga con sus dedos de calma. Salpicóme la espuma y deshizo mi reiterada angustia, ya casi visceral. Noche de dedos ciertos, que el trasfondo de mis sueños absorbe y esparce en uverales. Pones en mi cubierta algo de tu manto sereno y te llevas la pesadilla insolente y su peso rabioso que intuían los pájaros callados, desposesos de empeño: no silenciaron voces que enferman. Vénus reside en ti con jardines sagrados donde ella dormita, muy lejos de Hipatía y no ajena del Soberbio Dario que refundó a la lengua y te elevó a ser patria sagrada. Pasas muy ténue y me disuelves y me vuelves a hacer en otro acantilado idéntico al que tuvo mi cuerpo a la deriva.... y tus barquitos negros liberaron mi alma de fosas de exclusión, de costas de barbarie, del monolito inmenso sobre el caigo y muero cada vez que la vida me acosa con oráculos y la realidad me muele con dientes asimétricos: ven ya liberadora, pasea en mí tu encanto, redobla tus redobles que serenizan al ser cautivo entre sus sienes, que no encontró en la luz albina vivir sin sobrasaltos y tomaron zozobras que sólo tú te llevas.
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