Desmedidamente ( A Neruda )
Publicado en Feb 11, 2024
Desmedidamente busqué en mi memoria tu mirada quemante, la luz de tu ceniza, tu cintura serrana guardada en los armarios, que en mi mente archivo, con sus ganchos oscuros. Nunca tu figura excesiva se me vaciaba al toque , de las densas regiones en que existí en misterio. Era yo aquel esquivo que te ensartaba lanzas imaginarias, que eran de amor macizo y celo solitario. Como todo el aroma de tu ensueño fue un sueño, me lancé a la mar a nadar desagravios, a ingerir gemidos, y llorar los cristales de tu nuca invariante que venían de un horizonte templado por guitarras. Pero algo de ti tocó mi vida, destruida en destierros: algo que se palpaba al fondo de las músicas: Un rostro constelar que preservó a mi rostro. Un verano de azules sostenido en sus gajos. Como la que promueve sentires a destiempo, de lo remoto a mí venías en mi copa: cáliz que me contuvo al retener mi vida cuando a toda farola la iban apagando. Como el arrullo interno en que vienen las reinas sentí el imperitativo de ti y de tu reinado adherido a mí, de magro frontispicio cubierto por estelas que sedaban mis rictus. De súbito proclamaba la piel de tus indicios, quemándose en los leños de mi garganta, suave como lo que es muy dócil y vive en transparencias: Tan ténue que extraviaba la luna y el trazo del albatroz. Ausente entre mis ausencias te sentí como anillo, sencilla y tan silente como el canto del aire. Yo, el que había renuciado a ser una sonrisa iba ante el mar rectilíneo oyendo caracolas, persiguiendo tu espuma, y la arena labial cayó de ti y bastaba para reinventarte entre poemas frescos y el fuego sin tinieblas. Eras, entonces eras noción entre palomas, cántico articulado. Voz que iza las cañas y trae vida a los nidos tal vez robe de ti tu aliento y tu reposo y en el vaho vibraste, o fuíste jubileo de alguna boca en agosto y fragancia precisa. Pero estás y vas camino de mí y vienes de entre los promontorios, quitando la ebriedad del que nada sentía y que si hizo harapo quemado por fogatas y consumio su llama en una quema agreste.
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Elvia Gonzalez
Richard Albacete
Richard Albacete