Hoy es viernes de farra.
Día vertiginoso y liberador.
Hoy salen aventureros y babosos
a estorbar muchachas y a beber cerveza.
A manosear lo que sea manoseable
y llenarse de placer sin culpas.
Hoy no hay nada de qué avergonzarse:
El mundo ha entrado en carnaval.
Corren los lechuguinos más galantes
detrás de los cigarros desfiltrados.
Las mujeres bailan en los bares
y todo licor se consume con presteza.
Hay besos y humos entre los elíxires
y las faldas caen en los traspatios.
Los hombres libertinos festejan a copazos
y las damas dan sus recuentos de los chismes.
La noche es enteramente lúdica
y gira con impudicia insólita.
Hoy es nadie es garante de nadie
y en los hospitales se lloran los compadres.
Algunos corren rápido hasta la muerte
con una bala en la parte posterior del cuello.
Los zagaletones asustan a sus padres
y beben antitusivos llenos de codeína.
Por las cuestas bajan las patotas
con cabillas y patas de cabra.
Los proletarios se tocan bajo ramajes
y se bajan las bombachas ajenas.
Las mujeres dan sus favores a los parias
mientras las llevan al limbo de la gloria.
Cada quien se mete en la casa del otro
y hoy se alejan temores y sospechas.
Es un día peligroso y fascinante
donde el hombre se ha desinhibido de sus ocios.