Yo te toqué
Publicado en Feb 28, 2024
Yo te toqué apenas, con mi mirada impávida,
para que no supieses que tu presencia insólita me despoja del frío. Te contemplé de lejos, para no profanarte ni el temple ni el vestido que tejieran las perlas. Oscilabas sentada con ese vaivén de estatua que invade una bahía: Tus manos de detalle, tu cuello que es suntuoso en ese almizcle oscuro: A veces más quemante que libélula en llamas que un cirio ha incendiado, moviéndote despacio en tu altísima alcurnia, que hace feligreses y termina en la quema de hombres que te adoraron y sirvieron silentes desde la más genital muralla de sus almas... y en su pasión hervían. Cervatilla de fuego: nombrarte me da ganas más que gritarle al fuego del que somos rescoldos los que te contemplamos desde invisibles faros: Eras tú ese destello que aviva la esperanza y aplaca a heraldos negros. Desleída en tu garbo yo destilaba un poco de tus vivos alientos. Irremediablemente me desgarré en tus labios y manché mis gavillas. Un roce me enardece y siento que vienen hacia mí plétoras de sollozos y líquidos orgánicos que se desconocían, mi guitarra de luz, mi dilecta farola: yo te sentí reptar por esos entresijos de mi dificultad calando en mi silencio la alegría del húmedo que tuvo boca seca .... Presentías el vaho hosco de estos mis sentimientos, en tus cantos de junio.... Estatua de mi cielo que en beleza se esculpe, fuíste en mi idea todo lo que vibraba. Me sentí muy cercano de tu cabal entraña, de tu guirnalda de átomos y en elipses subía hacia ti y tu orbe amarillo con el gozo dispuesto y la tenacidad de Diómedes, que te viera alienado acrcado a ti, obra de manos exaltadas: razón de mi razón de ser en esta tierra tosca, que apenas te conoce y no sabe que eres su luna y su amuleto y la sazón que vuelve salvaje aún al que toma el púlpito, creciendo su furor sin saber que lo vácuo se energiza y se crece en tu presencia ilustre, que eximias caracolas vieron en las ventiscas que trajera el levante. Yo vivo de la gota de lustre que concedes al que siempre te espera mientras una estampida de acuarelas proclama que venciste a lo amargo y que ya no hay derrota por que ese tu deleite revive al mundo en ósculos: lloviendo va la vida por todas las paredes, lavándose en el agua de tu misecordia: Conquistadora de ángeles: heme aquí abandonado en horas intrincadas: esperando a tu sístole y tu diástole que revive elementos y moja mi sed eufórica, de mañana o de tarde.
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