Frentica
Publicado en Feb 29, 2024
Frenética....No soy yo capaz de contenerte: Me habitas y me sacias con tiranía honda. Vas expulsando de mí mis más yertas sustancias , con labios que consumen mis mareas y gemidos. Y viene tu avidez y fuerza subterránea con tu relumbre ígneo, como un mar insurrecto que golpea a mis fantasmas y tus ramales rozan con impalpable tacto, al sitio en que antes habito un corazón, a la vez de agua y tierra. Nublas mi balbuceo, sorbiéndo sangre y tuétanos. Y tu imagen absorbe al combate que opone mi mente a tu mies sanadora: Deliro ante tu cintura que me agota la mente y esas luces que absorben lo intocable del ojo. Te percibó en tu ejército de innombrables caricias, helada y delirante: Hielo que me penetra y raro calor concede y me lavas los párpados de ceguera amarilla. Expulsaste mi mente, mis miembros, mis estragos recónditos con tu presencia densa y tu ser sin congoja que quitaba presagios y meras pesadúmbres: moviendo a las tineblas lejos de mi conciencia: En tu diestra arrastraste los fragores de mi ser interior, crecido en telarañas y sólo tú quedaste dentro de mi: vida o muerte hacia ti me conducían. Y sentí tu piedad lloviéndo a contraluz, emisora que destierra los horrores del tiempo, poblábase mi cuerpo con tu cuerpo de vida en irrupción violenta y demasiado frágil: garabateando en mí tus senos y tu cuello... Presentí la erupción de tu lava y tus bosques de yerba en mi falaz otoño, desembarcando en mí como mil primaveras; tus voces arteriales me dieron forma nueva y un contexto imperioso donde vivir sin llanto. ...... Para mi alma ya eras menos alba secreta que se prendió a mis labios... Ya sonaron los címbalos de la conquistadora, la que llenó mi cuerpo antes desangelado y azotado por lunas que fingiéranse estrellas. Esa tu gravedad me preñó de sonidos y pudo respirar mi sed enamorada: Como copo profundo me engendraste de ti y trizaste mis solitarias lanzas con la que destruía lo claro y lo palpable, hasta que arribó ese sabor a miel hecha de maravilla y de rosas empíricas: brotastes en mi tacto, con briznas de poema y tatuaje imperante que desgastó a lo mío: Me diste de las fresas de tu misericordia y de tu ímpetu de vorágine que sólo los dispuestos a venir en sus lluvías traen en su milagro. Ahora vives en mí y con lumbre de nieve vas cincelando aspectos dóciles, recortando tragedías que al vivido absorben y con veneno lastran y eres elegía de sello luminoso, haz de amor que bendice y aquello en lo que muero, Catarata de lo alto que introdujo sus cumbres y deshizo escondrijos donde entrara lo oscuro y de procedencia hipnótica.... Fragancia que revela que vive al dar renuevos, altitud levantada que me es faro brilloso que entró con su denuedo para al fin liberarme y sentir su aire suave.
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