Toda la verdad sobre la hormiga.
 Ensayo
 …sí me acompaña le muestro algo…venga…Mire. Agáchese…Ve, son hormigas. Yo ya sé que usted sabe que son hormigas, no hace falta que yo se lo diga. Son hormigas negras. Las reconozco por el color. Abundan por aquí. Pero no lo traje hasta aquí solo para mostrarle que hay hormigas…se hubiese quedado en su casa...hormigas hay en todos lados. Yo lo traje por otro motivo…Sabe?, sospecho que las hormigas no son tan trabajadoras como dicen…Como dicen los que dicen que son trabajadoras…Porque yo nunca escuche a una hormiga decir: "Nosotras somos muy trabajadoras. Somos, inclusive, más trabajadoras que las abejas" Usted alguna vez escuchó decir a una hormiga: "Yo soy muy trabajadora"…¿Alguna vez lo escucho? …Yo tampoco. Jamas. Es verdad que las hormigas no hablan, al menos con nosotros, entre ellas quizás si, pero con las personas definitivamente las hormigas no hablan. Es más, si quisiesen hablar, dudo que se definieran como seres trabajadores. Es que las hormigas tienen dos características, casi le diría virtudes, una es que no hablan y la otra es que no mienten. Si hay algo que tiene la hormiga es que no miente. No conozco una hormiga mentirosa. Y justamente lo traje aquí para que vea por usted mismo que las hormigas no mienten…Dígame ¿cuántas hormigas vé? …No le pido exactitud. No quiero que me diga 6257. Tampoco le pido que las cuente, además seria imposible porque no paran de moverse, pero más o menos…¿cuántas hay? …Tampoco me diga: "Hay muchas", ya sé que hay muchas. No se olvide que estamos ante mí publico lector…y, al menos mis lectores, son muy exigentes y quieren precisión…Estimemos, habrá…cuatro, cinco mil hormigas…¿No es cierto que sí…? Promediemos entonces, cuatro mil quinientas hormigas. Es decir, usted y yo, ahora mismo, estamos ante una colonia de cuatro mil quinientas hormigas. Miremos a mis lectores…¡SÍ! A usted amigo lector. A usted le estoy hablando…Esto es literatura verdad… A mí publico y digámosle: "Señores, aquí hay cuatro mil quinientas hormigas"…Ahora bien…. ¡¡Cuidado!! Cuidado. Le esta subiendo una por el zapato…No la mate por favor, no sea cosa que nos baje el promedio. Déjeme que yo la agarro…. Muy bien, ahora la ponemos aquí con el resto de sus compañeras…Continuemos… Desde que llegamos, hace un rato, estos himenópteros, con cara de jugadores de póker, no han parado de moverse. Van y vienen. Van y vienen. La pregunta es la siguiente: "De las cuatro mil quinientas hormigas que estamos viendo ahora ¿Cuantas están verdaderamente trabajando?"…¿Usted ve alguna trabajando?… Trabajando es un decir, me refiero a llevar palitos ramitas y esas boludeces que llevan las hormigas…Cuéntelas…veinte hormigas. Usted dice veinte??? Lo dice usted…no lo digo yo. Veinte. Muy bien …Hoy se ha venido generoso. Exageremos. Exageremos y digamos que hay cien hormigas trabajando…¡Sí!, ya sé que hay muchas menos. No deben llegar a veinte…Pero hagámosle honor al que se le ocurrió decir que las hormigas son muy trabajadoras y, por otro lado, no podemos destruir de golpe una mitología que las considera tan laboriosas. Seria una tragedia para la humanidad descubrir de golpe este engaño. Y no es mi propósito hacer sufrir a la humanidad, para eso esta Bush… Porque claro, mire lo que le voy a decir, en mis ratos de ocio me dedico a pensar…a reflexionar, digamos sobre los grandes problemas de la humanidad, y he llegado a la conclusión de que una dolorosa verdad causa más estragos cuando irrumpe que cuando…a ver, como se lo explico…es el carácter súbito de una tragedia lo que duele, inclusive más que la tragedia misma. Si usted esta preparado para la guerra la asume de otra manera que si le llega de golpe…¿Me entiende? ¿Me explico? Yo no puedo decirle a mí publico: "Señores: la hormiga es una haragana" así de golpe y sin anestesia Entonces vayamos de a poco. Tranquilos. Seamos prudentes. Hemos destruido un mito. Ya hemos dado un paso importante en la búsqueda de la verdad…Y digamos…digámosle a mis lectores: "Señores, señoras y Joan: Aquí hay cien hormigas trabajando El resto de las cuatro mil quinientas, y discúlpeme la expresión, se están rascando las bolas". Así de clarito: "Se están rascando las bolas. Hay cuatro mil cuatrocientas hormigas al pedo. Al reverendo pedo"…El ocio, sin dudas, es mucho mejor estrategia…Copiémosela.
Ricardo A. Kleine Samson
Neuquén, 25 de febrero de 2004
 Nota: esta es una nueva entrega del prestigioso escritor patagonico Ricardo A. Kleine Samson. Esto es: "Literatura verdad" Hasta la próxima entrega…