Mi vida está partida en dos. Por un lado, y en una pequeña parte, está mi realidad, que me quita el tiempo, que se lo doy a alguien para producir, que se lo vendo a cambio de dinero. Esta parte de mi realidad, aunque me gusta, siempre quiero que sea mejor, que sea algo agradable y que me permita crecer diariamente como persona. La otra gran parte está en tus manos, con lo suave de tus caricias, con la sensación del calor de tu cuerpo; no me quita tiempo, me lo da; no me gusta, me fascina y me llega a encantar. Recordar ahora, el tiempo pasado contigo, es no más que eso: un recuerdo, y el esfuerzo diario que se hace soportando y con paciencia, hacen que ese recuerdo se convierta en mi nueva realidad.Quiero estar completo, quiero estar y vivir para estar, que la llama de tu corazón no se mitigue, no se apague, sino que siempre esté encendida y dispuesta. Hoy quiero creer que la llama de mi corazón llega a ti de muchas formas, que sientes de alguna forma mi amor encendido y el calor que desprende, para que la tuya también se prolongue a lo largo del tiempo. Dicen que el fuego se apaga con fuego, y yo creo que, nosotros, estando juntos solo intensificamos la llama, se mueve apasionada, se libera y se come todo a su alrededor: supera retos, crea metas, es retribuida. Quiero que nuestros fuegos, nos den el picante que es delicioso y tenue, que es cálido a su punto, que es lo que crea los mundos.Te extraño mucho, a ti, y no al momento. Extraño lo que de ti sale, lo que tú piensas y dices sin pensar, lo que significa ser tú. Eres la llama de mi vida, el amor de mi fuego, mi corazón apasionado.