Delneo
Publicado en Jul 13, 2024
Delíneo, ese rostro escondido bajo la tersa luz de ser dulcificado. No te mancho de tizas ni vejante acuarela.... De tu pómulo abajo la tibieza te alcanza; Cae hacia tu mentón mi tacto estilizado. Rozo tu cuello que es de cisnes logrados. Son tus hombros aquello que iniciara tu cuerpo. En Simas te consagras y firmo mi armisticio, y tus domos contienen los sabores del mundo.... Bajo en tu largo cuerpo de tórrida estructura: A tu cintura extrema rebozada de lirios. Ya tu caderas son más que campos de flores... Tus muslos primerizos atraen a corolas metódicas que anidarán allí, mientras tú no lo sepas. Son tus piernas unciones que esperara el levante. Y tu melena cae a tu excelso tobillo: Eres marea blanca, que ofrece cobertizos. Tu cobertura es de corolas primarias y dulzor poderoso. Hago caligrafías en tus deltas fecundos y tu terneza siempre se levanta entre halagos y piropos sin dueños. Me devuelve la vista esa visión externa que exhala de tu brillo. Eres encantatoria fuera del lienzo rosa y a la pared pegada lentamente te mueves mientras mis manos tocan tus flores prohibidas. Te haz hecho de todas las formas de los túles y te engendraron ónices. Yo estoy aquí y respiro tu esbeltez de zafiro, tus zanjas de carrara Y el Traventino alegre que te talló los ojos, hijita de los mármoles y frente a mí ondeas como líquen profundo y caracola errante. Salen de ti unas aguas para siempre benditas y en la virtud te mueves. Eres rizo y meandro y la razón de todo lo que en vela codicio.
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