Martes 23 de Julio de 2024 
Miro tus ojos donde se reflejan
los míos, los que tienen gotas 
que caen como lluvia resbalando
por las planicies de mis mejillas.
Escucho de tu voz esas palabras 
que en tus labios dibujas y que
hasta mi alma llegan con ausencia
de susurros.
Hay frases que evocas tal himno ya
aprendido , ¡pero ellas no salen de tu
alma  porque también está herida
como la mía!. 
Frente a ti...
Escucho recitar tu texto que no tiene
ni comas, ni puntos suspensivos pero
tampoco veo un mañana en la que
un nuevo sol alumbrara la felicidad
de mis despertares en cada día. 
Hilvanas en incómodo léxico racontos
de recuerdos ya vividos , ¡pero yo tejo
en vano la ilusión de que nada, nada 
está perdido !.
Desvías tu mirada y la depositas en 
un punto ajeno en el preciso momento
que mi corazón late más fuerte que
nunca a la espera que me entregues
el tuyo para así poder tenerlo por siempre
conmigo. 
Frente a ti...
Miro tus ojos donde se reflejan los míos,
los que tienen gotas que caen como 
lluvia resbalando por las planicies de mis
mejillas. De pronto, aferras tus manos 
a las mías y al tenerlas entre las tuyas
imagino que se cumple mi gran deseo:
que dejes en ellas aquella bonita rosa
que te había pedido...
Frente a ti...
Estoy sentada sin prisa,sin tiempo que
me requiera  tan solo deseando escuchar
esos verbos conjugados que eran toda
mi idolatría pero te levantas marchándote
como en una despedida sin volver tu vista
atrás dejando frente a mi tan solo una silla
y mis manos, ¡y mis manos vacías..! 
                     Raquel C. Zurita.