CO2 en el Mundo.
Publicado en Jul 29, 2024
Nos estamos auto eliminando sin darnos cuenta.
El tema de las emisiones de CO2 en el mundo es un tema que nos tiene preocupados a todos en extremo: gobiernos, instituciones, fabricantes, personas, etc. ¿Por qué? Pues porque este gas, CO2, que se llama así porque sus moléculas están compuestas por un átomo de carbono y dos átomos de oxígeno, los cuales al combinarse produjeron una cantidad de energía en forma de calor para nuestro "beneficio", está saturando la atmósfera y trayendo consigo fatales transformaciones de todo tipo debido al sobrecalentamiento atmosférico y sus secuelas en el clima. Derretimiento de los hielos polares que suben el nivel del mar, desaparición de las nieves continentales que alimentan los ríos que nos proveen de agua para vivir, trastornos de todo tipo de los ciclos atmosféricos planetarios con lluvias excesivas en algunas zonas y sequías prolongadas en otras, las cuales afectan a la agricultura y a los animales (entre los cuales se encuentra el más animal de todos y que ustedes deben imaginarse cuál será); fenómenos todos que, un poco tarde por no decir demasiado tarde, ya han sido detectados y por los cuales ya se han comenzado a tomar acciones. Digamos que la toma de "acciones" por parte de los diferentes actores no ha sido todo lo oportuna, ni está siendo todo lo eficaz que se necesitaría. ¿Por qué? Pues, porque durante muchos decenios en el siglo pasado, los científicos y estudiosos del tema advirtieron del fatal fenómeno de la quema de carbono para producir energía sin que se les escuchara en absoluto; porque durante muchos otros tantos decenios los gobiernos y los responsables de las emisiones entre los que se cuentan cada uno de los habitantes de las ciudades del planeta, habiendo tomado conciencia del problema, no tomaban acciones de ningún tipo; y porque finalmente decidieron juntarse para establecer medidas, las cuales gracias a lobbies oportunamente planificados, fueron postergadas en beneficio de no alterar la "economía global". Es así como recién en 1997, las naciones (no todas en realidad) ratificaron el llamado Protocolo de Kioto destinado a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero (cuyo principal componente es nuestro héroe protagonista de este escrito), pero acordaron que su vigencia sería a partir del año 2005 (... durante muchos decenios, decíamos...) y pusieron ridículas metas de reducción de estos gases, a partir de años aun venideros. Dicho de otra manera, se auto comprometieron a bajar las emisiones en porcentajes ínfimos y, peor todavía, para más adelante, porque "tenemos que evitar colapsar los aparatos productivos" dijeron... dicen. Más aun, las metas van siendo modificadas en términos de alejarlas todavía más... y las emisiones crecen y crecen. "¡Ay qué terrible!"... me dirá más de algún alarmado de mis lectores... "¿y nadie ha hecho nada adicional para evitar el problema?... Sí, mi querido alarmado lector, los locos inventores, hace muchos años que crearon diversas formas de energizarnos con menos contaminantes, como por ejemplo, la invención de los paneles solares que captan la energía del sol para transformarla en electricidad; una maravilla desde el punto de vista creativo, pero una verdadera mierda desde el punto de vista práctico. ¿Por qué? Pues, porque si bien es cierto que los paneles solares no contaminan la atmósfera, sus costos son altísimos con lo cual se desincentiva absolutamente a los usuarios para instalarlos en sus casas; además, mis queridos preguntones, su diseño está absolutamente en pañales aun, ya que del total de energía que reciben del sol (lo cual evidentemente es solamente de día y solo en días con sol o con nubes débiles) aprovechan una miseria; en otras palabras, aun falta mucho por inventar. Pa' pior, dijo el huaso, la energía que producen se tiene que almacenar en baterías cuyos precios son altísimos, cuya vida es cortísima y, por lo tanto, que hacen con todo el conjunto, que la inversión asociada sea demasiado alta para un hogar medio. ¿Quieren saber por qué dijimos que " pusieron ridículas metas de reducción de estos gases"? Para entender esto, vamos a exponer algunas cifras absolutamente indesmentibles. Se estima que el parque de vehículos existente en el planeta para 2024, alcanza nada menos que a mil quinientos millones. Si consideramos que un automóvil emite 2.392 gramos de CO2 por cada litro de gasolina; que tiene un rendimiento de 15 Km por litro y que circula diariamente unos 10 Km, el total de emisiones de CO2 por este solo concepto alcanzaría a 9.328.800.000 toneladas de CO2 al año. ¡Nueve mil trescientos veintiocho millones ochocientas mil toneladas al año! Y suponiendo que todos fueran automóviles con un buen rendimiento de 15 Km/lt, lo cual es demasiado optimista, porque dentro de ese parque, hay por lo menos medio millón de vehículos más pesados entre camiones, buses y vehículos SUV. Notable, ¿verdad?... Impresionante, ¿verdad? Por otra parte, si hablamos de la contaminación por parte de aviones comerciales, las cifras son las siguientes: Se estima que, de manera permanente, permanecen en el aire la cantidad de 8.750 aviones comerciales en el mundo; además, un avión Boeing 767(que es un avión con un consumo promedio de combustible), quema 7.200 lt/hr de bencina. Esto implica que la aviación comercial está contaminando con 150.696 toneladas de CO2 cada hora del día; entonces, la aviación comercial está aportando con 1.320.096.000 toneladas de este gas al año. ¡Mil trescientos veinte millones noventa y seis mil toneladas al año de CO2 a la atmósfera! En total, para solo movilizarnos, enviamos a la atmósfera la cantidad de ¡diez mil seiscientas cuarenta y nueve millones de toneladas al año! Y mientras tanto, los gobiernos y organizaciones postergan y postergan decisiones fundamentales para paliar este verdadero suicidio con el que todos colaboramos. Ergo, nos estamos auto eliminando sin darnos cuenta.
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