PRESENTACIN, COMENTARIO CRTICO.. Y ALGUNOS POEMAS DE "NORTE, EN EL EXILIO".
Publicado en Oct 17, 2009
Presentación a la lectura poética de Marcia Flandes
NORTE, EN EL EXILIO Café Literario "El Parnaso" Concepción, 8 de Septiembre de 2005 Por Tulio Mendoza Belio: Premio Literario Nacional "Oscar Castro Zúñiga" 1998, 2001 y 2005. Premio Municipal de Arte, 2009. Presidente SECH-Concepción. La poeta Marcia Flandes, cuya lectura esta tarde comprenderá poemas de su libro inédito Norte, en el exilio, la circunstancia que gatilla su creación, es algo que podemos verificar en la realidad, no hablamos de verosimilitud, sino de realidad empírica. Por otra parte, y es algo que hay que destacar en el caso de este poemario: los poemas son textos escritos casi "in situ", (como hacen los pintores, sobre la marcha), como simultáneos a la situación que los fue provocando. Hay distancias atenuadas, pero también urgencias inmediatas: y la escritura se dio casi así, sin mayores correcciones ni cambios, como si esa situación desgarradora fuera "entregando" los poemas ya terminados y la poeta, adormecida y a la vez alerta y expectante por la situación, fuera una médium que transcribe lo que los dioses le dictan: es el Misterio inefable de la creación poética, de la Poesía. Tiene este poemario de Marcia Flandes un eminente carácter elegíaco. Recordemos que la elegía es una "Composición poética del género lírico, en que se lamenta la muerte de una persona o cualquier otro caso o acontecimiento privado o público digno de ser llorado..." Sin embargo, en este poemario, Norte, en el exilio, a esa circunstancia particular, íntima y desgarradora, hay que agregar una circunstancia social, contingente y, en un sentido más amplio, política. La cohesión y la tensión entre estos actores, desde un punto de vista del lenguaje, es lo que produce la fusión y el equilibrio entre lo lírico-dramático, la elegía, y esa coloquialidad en la inmediatez del problema social. En este ámbito, no puede extrañarnos, entonces, que su escritura sea lacerante como la tierra reseca y abierta de un norte desierto, esos "sonidos de arena y cobre", esos "cuerpos colgando" (anónimos, distantes, "sin oxígeno/ cabizbajos" y sin embargo elocuentes en su desesperada voz ahogada; como hablándonos y diciéndonos que algo semejante nos espera, no sólo "sobre el cemento de Calama", sino sobre el espacio de nuestra existencia, pues el desierto, imagen de la desdicha y la soledad, del desamparo y la extenuación, siempre estará ahí, al acecho, como la Muerte con su guadaña para recibir "al próximo visitante" (¿uno de nosotros tal vez?), en el cual vaciará "su desamparo"). Terrible, pero logrado escenario para la tristeza de la pérdida, para una vida a la cual uno no logra o le cuesta hallarle un sentido racional (si es que lo tiene). No bastan las cervezas para humedecer el polvo de un sol persistente. Nos dice Marcia. Claro que no, en toda esta pesadumbre, cualquier puerta de escape es sólo el simulacro de nuestra propia miseria humana (aunque esto sea un pensamiento y un sentimiento nihilista, de descreencia). Ojalá no seamos los poetas, seres de otro espacio, como esos "habitantes fatuos" y levantemos la voz de la utopía y la esperanza en algo mejor, aunque nos duela, aunque sea un poco de alegría, un atisbo de luz sobre esta tierra a la cual nos arrojaron, pues nadie nos preguntó si queríamos venir ni mucho menos qué.* CONCEPCIÓN, 08 de Septiembre de 2005. "EL MATADERO CARLOS CISTERNA" * Se hace difícil respirar tubos por nariz venas agujas suero. Ruedas que se deslizan pasillos angostos laberínticos luz y siluetas. La náusea reaparece ahora en el rostro de mi madre un hilo de aire cuelga sobre su cabeza. Afuera en las veredas angostas de Calama casi no importa hasta que... Un sol morado navega entre las dunas suaves. Todo se desvanece apenas los sonidos semejan palabras pensamientos desarticulados. La aflicción eterna circunda la cavidad craneana de una triste mujer. Un dìa su risa fue sonora. Espero a los pies de este hospital oir los cascabeles miércoles, 19 de enero, 2005, Calama. *Así es denominado el hospital de Calama. NACIÓ PARA SOPORTAR La necrosis muerde araña sus pies y manos. Alrededor giran cuerpos agrietados por este desierto escamoso. Arpas nocturnas anuncia en sus lamentos la triste rotación. No podemos ver el azote invisible de mariposas negras. Apenas diminutos gigantes soportamos en este rincón del universo. Paladines chocan contra el vidrio de sus ojos aprisionados. Ella flota en el sopor brumoso de sus recuerdos. A mi eterna y dolorosa madre. Mi agran amor le acompañe siempre. domingo, 23 de enero, 2005., Calama. SONIDOS DE ARENA Y COBRE Veo cuerpos colgando en los arenales distantes. Sin oxígeno cabizbajos deambulan rostros en penumbras sobre el cemento de Calama. Alrededor el desierto espera al próximo visitante para vaciar su desamparo. No bastan las cervezas para humedecer el polvo de un sol persistente. Ruidos de cobre amortajan a los habitantes fatuos de una severa irrealidad. El viento gime entre las rendijas del dolor que serán estas ruinas. sábado, 12 de febrero, 2005. Chuquicamata.
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