6:32 de la tarde
Publicado en Sep 10, 2024
Venía con los pies adoloridos, entre mi mochila con cosas de la pega, el compu, documentos, mis cosas personales, traía ambas manos ocupadas, con bolsas de materiales que mi jefa nos pidió para decorar la oficina con banderitas y cosas del dieciocho, guirnaldas, etc, estuve todo el día de pie, trabajando, les juro estoy agotadisíma, anda mucha gente en las calles y el metro viene repleto para variar.
Señorita disculpe?? me podría decir que hora es? Se me acercó una señora de pelo semi canoso, de voz rasposa , vestida de gris .Señora , lo siento, tengo el celular en la mochila y voy super cargada, que acaso no me está viendo y me pregunta hueás!! , me enrabié y desquité todo mi enojo injustamente con la señora que solo me quiso preguntar la hora. Lo siento señorita, que tenga buen regreso a casa, se despidió escuetamente la señora, mientras se acercaba el metro, la gente aglomerándose como un ganado a punto de salir del corral. Fueron segundos, milesímas de segundos, la señora se abalanzó sobre el metro. Sentí un viento helado recorriendome el cuerpo, una sensación de escalofrío que me inmovilizó, tuve que llamar a Diego, mi novio, para que me fuera a buscar, no tuve el valor de llegar a casa sola, sin sentirme culpable por ni mirar a la señora, por responderle de mala gana y por no darme cuenta de que sus planes eran dejar este mundo.
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