Para el estallido
fuimos a saquear un supermercado vecino
No lo haciamos por necesidad, quizás era una travesura más , pero al menos yo lo hacía por rabia
Por rabia contenida, quién no, sí vivimos lamentablemente en un país sumiso, en un país que se guarda el polvo debajo de la alfombra por decir algo lindo.
Nos detuvieron, sí, no llegamos tan lejos con nuestro cometido.
Los pacos nos traían como quién se sube a la montaña rusa más entretenida de un parque de diversiones.
Hasta que detuvieron a José, quién por no querer que nos detuvieran, lanzó piedrazos a diestra y siniestra sobre la patrulla.
José es quizás mucho más joven que yo, será por unos 7 años.
José ganó los lumazos que nosotras no nos ganamos por bajar el moño como se dice en el buen chileno.
A josé lo lanzaron  dentro de la patrulla, con el rostro ensangrentado, desfigurado.
Lo siento José por perder la cordura aquel día y por no atreverme a llamar a tu novia, cuando nos pediste que le marcaramos a Carol, que le confesaramos que estabas detenido.
 Salimos en libertad, al día siguiente, con el miedo entre las piernas, el miedo latente, a José lo veo seguido, puesto que aún no me puedo olvidar de su rostro ensangrentado quizás dandose por vencido, ante unos pacos que disfrutaban dar lumazos a jovénes que hace tiempo perdieron el horizonte en este un país dormido.