De Charcas en familiares reuniones 
cuando mi niñez, vengo recordando
charlas de mi tío Ricardo Armando,
plagadas de aventuras y pasiones.
 
Sus travesuras y sus emociones,
algunas con risas, otras llorando,
sus anécdotas nos iba contando
pausando, por algunas libaciones; 
 
concluyendo en alguna moraleja,
formaron su caracter respetuoso.
Su casa, un biblioteca compleja.
 
Hacerme su hermsno me hizo dichoso.
Su descendencia universal refleja
sus andanzas en terreno escabroso...
 
Charcas de Aldape, S. L. P.
Mayo de 1979.