Sonrío cuando evoco el gran momento.
Recuerdo el inicio de nuestra amistad,
nuestras ideas en plena afinidad
y nuestras reuniones con gran contento. 
 
Nuestro gusto por vivir nuestra vida
compartiéndonos las buenas cosas:
departimos vivencias armoniosas.
Gracias por darme tu amor sin medida. 

Porque me diste mi más grande gozo.
Porque hiciste nuestra vida gozosa
cuando me aceptaste como tu esposo
 
Por amor decidiste ser mi esposa.
Por amor me decidí ser tu esposo
y decidimos serlo hasta la fosa.
 
 
Charcas de Aldape, S. L. P.
Febrero de 2003.