Vivimos diariamente motivados, 
compartiendo ésta, nuestra vida diaria,
así continuamente enamorados
sabiendo nuestra vida estrafalaria.
 
Durante el día en sus veinticuatro horas
somos mutuamente nuestros motivos,
me motiva amarte porque me adoras; 
nuestro amor nos hace sentir más vivos. 
 
Nuestra vida adquiere otra dimensión,
te motiva amarme porque te adoro,
retroalimentamos nuestra pasión
al emanar amor por cada poro.
 
Mutuamente al contacto de nuestra piel 
nos acariciamos con tal dulzura 
que nuestros sudores transmutan en miel
endulzando nuestra vida futura.
 
Entrelazados con caricias tiernas
provoca nuestro libido estremecer,
me excita el cabalgar entre tus piernas,
ya en el climax, soy tu hombre y tu mi mujer.
 
Y quizá en nuestros últimos instantes
pudiéramos olvidar nuestro nombre, 
pero ya nunca, que hemos sido amantes 
y para ti seguiré siendo tu hombre.
 
Por como me das tu amor, te amo a morir.
Si llegas a ser tú, quien deje de ser,
si el destino quiere que siga mi vivir, 
ya muerta seguirás siendo mi mujer.
 

Charcas de Aldape, S. L. P.  
Febrero de 2009.