SONETO IV
Publicado en Oct 20, 2009
* SONETO IV ¿Por qué en mi triste corazón dejaste todo el encanto que tu boca había de místico matiz? Mira mi sangre, ¡Cuan roja y cuan humeante! Correría De mis venas a tus labios y sería Como rojo clavel tu boca dulce. Y mi vida feliz se extinguiría Con el alba a las primeras luces. Y más allá de tus endrinos bucles, Del rojo esplendor de los ocasos, Y el claro fulgor de tus ojazos, Sólo queda el enigma que nos cubre Del por qué te incendiaste como cumbre Cuando pude tenerte entre mis brazos.
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