Heme aquí otra vez, retornando del todo.
Saliendo de unos ojos que una vez me abismaron.
He aquí mis pasos que van hacia lo asiduo
buscando lo límpido, lo rústico y lo silvestre.
Vengo a tomar las aguas del olvido
y a limpiar de nuevo mi resquebrajado corazón.
Heme aquí buscando lo lustroso
y alimentando mi alma con cerezas de fuego.
Luego de cada ruptura amorosa renazco
y conmigo se manifiesta una ingente gallardía.
Estoy presto de nuevo a recorrer el mundo
y a denunciar sus argucias multiformes.
Aún queda en mí algún sabor de bocas
y de abrazos que se me dieron trémulos.
Pero tengo el paso veraz del terremoto
y un determinio masivo en mi sangre.
Entro decididamente en el tiempo efímero
a encender con mi voz grave al orbe.