Conversacion con angel (Novena parte)
Publicado en Nov 11, 2009
Esta tarde estuve tan sola y encima estos siete meses de embarazo me ponen tan sensible, me pongo triste de nada. Ángel tuvo una reunión dijo que llegaría tarde y encima las horas, los minutos se me hacen eternos estando sola, no veía la hora de que llegue.
Me quede en aquel ventanal mirando un rato para despejarme y no notar el tiempo cuando siento que alguien toca mi hombro. Amaia- ¡Llegaste!- Di media vuelta para abrazarlo pero entonces lo vi y dije- ¿Tu? ¡Que sorpresa! Pensé qué ya no te volvería a ver, hace tanto tiempo desde la última vez - Amaia para mí el tiempo no existe, por cierto te ves muy linda Amaia- No digas tonterías, mírame estoy enorme - ¿Ya sabes como la llamaras? Amaia- Aun no pero estoy segura que cuando la vea lo sabre… ¿Por que no apareciste en tanto tiempo y a que se debe que lo vuelvas a hacer? Es porque me siento sola ¿no? - Si es por eso pero además sabes que no debería estar enfrente de ti así que imagínate si lo hago con el cerca Amaia- Debí suponerlo. -¿Que es eso que tanto quieres saber y porque? Amaia- Porque me lo preguntas si ya lo sabes, no se porque solo me intriga, conocerte, hablar contigo me trajo tantas preguntas, tantas intrigas, no lo se, solo quiero saber ¿Puedes contarme? - Te he dicho y hecho tanto que no debía así que supongo que algo más no afectara. Tenias dieciocho años, tu pelo en ese momento era dorado como el sol, tus ojos tan celestes como el cielo, una tes blanco como la nieve- Yo me senté en la punta de la cama y lo miraba y lo escuchaba como si fuera una niña a la que le cuentan un cuento- eras delgada y bastante reservada, de todas las cosas lo que mas te apasionaba era leer, tenias este interés enorme por saber, querías saberlo todo pero en ese momento siendo mujer al único saber al que tenias acceso era a los libros, todas las mañanas te levantabas temprano tan solo para ir a esa biblioteca y yo siempre te veía aunque tú ni siquiera me notaras. Yo era alto, flaco, si mal no me recuerdo cabello corto y oscuro tenia veintidós años y estaba estudiando por eso solía ir también a aquella biblioteca. Un día no note que tenia justo al lado, solo trataba de hallar ese libro hasta que lo vi e iba a tomarlo pero tu te me adelantaste y termine tomado tu mano, te mire y me miraste … y será mejor que me calle porque tu sonríes y me ves como si te contara un cuento pero para mi no es un cuento son recuerdos de una y otra vida contigo y no se sienten tan bien cuando se que has tenido muchos mas con el a tu lado. Amaia- Lo siento, ni siquiera debí pensarlo. - No es nada, yo se que aquí no tienes memoria, ya debo irme, el esta llegando. Y se esfumo justo cuando Ángel abría la puerta de entrada, fue enseguida a recibirlo: Amaia- ¡Llegaste!- lo ábrase muy fuerte. Ángel- ¿Paso algo?, ¿Estas bien? Amaia- Nada, solo te extrañaba y me sentía algo sola. Ángel- Yo también te extrañaba pero era trabajo y sabes que esto era importante Amaia- Si, lo se. Por cierto ¿Cómo te fue? Ángel- Excelente, les encanto y no te preocupes que te di todos tus créditos, les dije que fue tu idea y que ayudaste mucho en la campaña Amaia- Me alegro mucho que haya salido tan bien, y de que me hayas dado mis créditos por supuesto que también, no vaya a ser que quieras todo el crédito para ti solito. Ángel- No se porque pero supuse que eso te pondría contenta. Ahora creo que deberíamos ir a acostarnos además no se que haces levantada el medico dijo que deberías estar relajada y descansar mas Amaia- Sabes que no soy de esas que pueden andar relajadas y descansando todo el día Ángel- Si lo se, pero ya es tarde Amaia- Esta bien. Y nos fuimos a acostar, nos dormimos abrazados como era habitual. Lilian Yamila Bianco
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