El gnero testimonial en Hispanoamrica. En tres importantes novelas hispanoamericanas.
Publicado en Nov 24, 2009
La escritura testimonial se desarrolla en países que enfrentan profundas crisis económicas, sociales y políticas, donde la democracia ha sido reemplazada por dictaduras o gobiernan militares que violan los derechos humanos. Este tipo de escritura, posee la formula común de presentar, el material testimonio, cuestionando a nivel social, cultural y política, la facción de acciones privilegiadas que niegan los derechos humanos de una parte, o de toda la colectividad.
Gustavo García señala, que el propósito de la narrativa testimonial es documental así, lo inédito. Este rasgo coyuntural se manifiesta con claridad en la función argumentativa que tienen los testimonios en los discursos judiciales. La escritura testimonial es, el instrumento por el cual grupos marginados y marginables emergen en movimiento, de postura privada a la de testigo. Una posición en conjunto o de clase estructurada en torno a intereses ideológicos o situaciones coyunturales de reivindicadores de sus derechos. Esta vertiente de la literatura según apunta García, reconstruye el universo simbólico fragmentado por el terrorismo del estado llenando el vacío de información con datos fehacientes. En general se narra en forma confesional y de denuncia, porque la escritura corresponde, tanto a la necesidad de verbalizar el trauma como de exorcizar la culpa, por haber sobrevivido. Estos textos mayormente los han escrito mujeres. Como refiere D. Shaw, la corriente testimonial brota de la experiencia directa. Se trata de la descripción de hechos que han vivido los protagonistas de eventos de los cuales fueron testigos oculares. En 1996 Adelaida López escribió, que el género de la literatura testimonial había cautivado la imaginación del continente, quizás porque es el tipo de literatura que tiene tradición más larga en Latinoamérica, ya que es el más indicado para explicar lo que quiere decir un latinoamericano. La novela testimonial, nace normalmente de la experiencia directa. Se trata de descripciones hechas por testigos directos oculares de acontecimientos en los que forman parte personas realmente existentes, o de reportaje hecho a grupos sociales, involucrados en una situación histórica particularmente significativa. El estilo tiende a ser realista y hay un intento de revelar aspectos escondidos de la realidad y de la conciencia del lector. De otra parte, afirma Shaw refiriéndose a la narrativa testimonial, que el testimonio constituye un género grato a la izquierda, especialmente porque el testigo tiende a pertenecer a los sectores desheredados u oprimidos de la sociedad. La escritura testimonial no esta exenta de problemas, parece muchas veces simplista reduccionista. Tiende a presentar la realidad histórica y social que es siempre muy compleja en términos maniqueos que no siempre resultan ser convincentes a un público sofisticado. Las obras testimoniales afirman, no exploran: resultan a menudo melodramáticas a causa de su intento de suscitar reacciones emocionales, de enfatizar la existencia de valores morales consensuales, que el lector acepta positivamente. Pero sobre todo a tales obras les falta ambigüedad, la ironía y el humorismo que acostumbramos a asociar con la alta literatura. En la literatura testimonial se les pide al lector, que haga un esfuerzo por identificarse con el narrador en vez de reaccionar frente al texto de una manera que seria propia de otro tipo de escritura. La narrativa testimonial prolonga un género, que incluye algunas crónicas de la conquista. como La historia verdadera de Bernal Díaz del Castillo. Algunos narrativas de la revolución mexicana. Como El Águila y la serpiente de Martín Luis Guzmán. El objeto de la narrativa testimonial según Barnet es quitarle al hecho histórico la máscara con que ha sido cubierto por la visión perjudicada y clasista. Tiene una sagrada misión de revelar la otra medalla, describir lo intrínseco del fenómeno, sus verdaderos efectos. La novela Hasta no verte Jesús mío, de Elena Poniatowska. Es una biografía contada al autor y que también describe las experiencias de una mujer marginada. Es el caso de una mujer fuerte, autosuficiente. La literatura testimonial de la clase laboral trabajadora quien, en su juventud fue una de las famosas soldaderas de la revolución mexicana. Su historia esta llena de interés humano, desarrollada sin comentario ideológico, directo. Ocupa, un lugar especial dentro del canon de lo testimonial. Por otro lado, Shaw acentúa que el feminismo en estas novelas nace de la solidaridad con los hombres, de la resistencia contra las condiciones subhumana. Como es el caso de Domitila Barrios y Rigoberta Menchú. Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia, que insiste en que su situación personal engloba toda la realidad del pueblo. El pueblo, en este caso es el de los indios quiché, guatemaltecos, quienes luchan no sólo contra la opresión, sino contra el colonialismo interno que amenaza la cultura. Por eso, la narración de Rigoberta se divide entre la descripción y la defensa de las costumbres y el modo de vivir de los quiche y sus propias experiencias trágicas.
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