Biografa no autorizada parte XII
Publicado en Dec 01, 2009
De mis gustos por la música
Bueno de chico siempre me gustó la música, mis gustos son hoy variados gracias a mis viejos. Poseíamos una gran colección de música de la más variada, Tangos, Rock, Cuarteto, Música clásica, etc. Recuerdo que mamá iba a las disquerías y pedía los álbumes cantándoselos al empleado de la tienda, a mamá se le complicaba con el inglés, entonces entonaba así “ quiero ese que dice guanchhi guan tu yu.. naranannna” imagínense la cara del pobre tipo tratando de descifrar lo que era guanchi guan tu yu , inexplicable. Pero siempre encontraba lo que quería, una vez estaba detrás de un tema, y decía “quiero el tema ese de Espaiderman….lalala” resultó ser el tema The Paintman, el muchacho de la tienda ya la conocía y cuando ella llegaba revolvía todo por que era una venta segura. Bueno de chico se me había dado por construir una batería, para lo cual había separado algunos tachos y baldes, mis dos palillos eran unos ruleros de goma de mi vieja, y mis platillos eran tapas de ollas, las cuales después de las primeras cesiones no sirvieron más. Recuerdo que un día mi abuelo ( El gran Fontan, ese era su nombre artístico en España ya que él era un gran trompetista de música española y de Jazz) me llevó a caminar por el centro, el debía ir hasta SADAIC a cobrar un dinero por unos arreglos musicales, y le comenté de mi batería de tachos, en ese momento el no lo dudó y quiso comprarme con el dinero ganado por el una batería. No lo podía creer, pero pensé que quizás el necesitaba el dinero y le dije que no. Luego me encontró la adolescencia con la inquietud de la guitarra, mis viejos nuevamente me apoyaron con esto y me compraron en “La Pua” una guitarra eléctrica roja, era un tanto rústica y sonaba mal, un poco por su baja calidad de sonido y otra por el ejecutante. Me fui a ver quien podía enseñarme, y pasé por un fanático de los Beattles, el cual solo me enseñaba las canciones, y no me convenció, luego por un Neo Hippie que me hacia estudiar canciones de iglesia (raro como mondongo con dulce de leche), hasta que un día cansado de tanto buscar y estudiar por mi cuenta, fui a un bar llamado “La Esquinita”. La Esquinita era un reducto en San Miguel Oeste, donde solo se escuchaba Heavy Metal, era un lugar áspero, un lugar donde nadie se animaba a ir sino era “del palo”. Y ahí entre con mi pantalón pinzado y mi camisa blanca, mi pelo corto peinado con raya al costado. Quien les habla contrastaba solo un poquito, con los muchachos llenos de tachas, camperas de cuero negro, de mirada pesada como de pocos amigos. Busque un lugar para poder ver a la banda que iba a sonar, pasé por la barra y compré 2 Quilmes bien heladas, tome posición cerca de un grupo que me miraba fijamente, prendí mi cigarrillo, y miré bien fijo a los ojos a uno de ellos. Este se levantó y recién ahí me dije “cagaste…” , se acercó y me pidió fuego luego me invitó a sentarme con ellos y compartió su bebida con migo y yo compartí mi bebida con ellos. Lo que me dejó algo en claro, no te dejes llevar por las primeras impresiones. Paso un instante y al escenario subió la banda, su cantante era mujer lo que me sorprendió y cuando empezó a sonar, me conmoví estaban tocando una música que desconocía hasta ese momento, era Blues.
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Ricardo Fernndez
haydee
No en Textale, of course.
Hay que intentarlo!