Adonde voy, me sigue mi sombra:
Mi sombra está conmigo en mis recogimientos.
A veces, mi sombra toma mi defensa
y va delante mío deteniendo las justas.
Se acuesta a mi lado cuando yo me acuesto
y poseémos casi las mismas intenciones.
Mi sombra a veces toca a placer un laúd
y debate con aquellos que me enfrentan.
Me acompaña en cualquier ajetreo
y se acorta y se alarga, según pasen las horas.
Mi sombra y yo cruzamos todo límite
y miramos al unísono a las más bellas féminas.