Todas las mañanas, al despertar, recibo el frio saludo de mi soledad que, acostumbrada a escurrirse entre las frazadas, viene a recordarme que ha comenzado un día más...
Me desperezo y voy a la cocina a prepararme una taza mediana de tristeza, será que todavía tengo un poco de la que me dejaste al partir. Le agrego dos cucharadas de ganas, y preparo unas tostadas. No es bueno salir a la calle con el estómago vacío.
Luego, me dedico pacientemente a la tarea de ponerme cada una de las piezas que componen mi coraza social.
Es una tarea bastante complicada, pero me esfuerzo por no olvidar tapar las fisuras que mis sentimientos abrieron el día anterior.
Ahora que estoy listo puedo salir, pero no sin antes colocarme una de mis mejores máscaras, hoy se cumple otro año y es día de fiesta, por eso creo que la mas apropiada será esta hermosa careta sonriente de color indiferencia.
Ya estoy listo...
Parece mentira el trabajo que cuesta cada día levantarse y disfrazarse de persona...

Juan Leandro Alzugaray