Hoy el día me resulta incoherente
y me alcanza tendido en medio de mis yerros.
La vida, para mí , ha perdido su encanto
y mi ser se mueve hacia colores góticos.
Todo resultó apariencia e ilusión: Desilusión.
El amor se marchó dando portazos.
Tanto resentimiento me ha vuelto algo arisco:
Mis pasos vivaces no llevaron a nada.
Caminé siempre en síncronos círculos.
De nada me sirvió refutar al contencioso
ni haber enfrentado al fiero pendenciero.
En vano reconvine al testaferro
y me adherí a las aparentes causas justas.
He experimentado los sabores del ácido
y las impugnaciones hechas a mis moléculas.
Para nada repartí mi abundante cariño
pues fue ignorado por mujeres violentas.
Hoy hago una pausa y me siento a mi lado
a pensar si debo continuar mi finita existencia
o perderme en los cerros húmedos con mi yo
lejos de usureros y caras maquilladas.