Un obsequio, amada
Publicado en Dec 14, 2009
He aquí un obsequio, amada:
Mis manos que te calman si te toman. Mis besos de húmeda tormenta. Una caricia en tu pelo dormido. Mi corazón del todo temerario. Mi cuerpo forzudo que te engarza y previene que caigas en farallones. Mis brazos, que relumbran en tu lumbre y canciones donde no falte el sosiego. Para ti, amada, este ramo de rojísimas corolas y los más finos vientos del levante. El Simún para tus pies friolentos y ríos de mariposas que resguarden tus hombros. Por ti he vencido a todos mis rivales y estoy dispuesto a ser tu amigo y tu oidor.
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Richard Albacete
Mara de la Paz Reyes de Langella