Viaje al Necronomicon parte (3) Vuelta Lateral (el Fin?)
Publicado en Dec 14, 2009
Desperté con la voz chillona del Sargento Zhu, un joven navegante que había conocido en la academia Interestelar, “Mayor Kowalski hemos llegado a destino y…tenemos algo para mostrarle”.
Dormido y confundido me dirijo al modulo de higiene, corro el programa número 3 como siempre, y parto hacia el puente de mando. Todos estan como conteniendo la respiración, una tensa calma ronda en el ambiente. Las tareas de rutina son ejecutadas con pasmosa mecanización, casi sin alma, como en un gran hormiguero todos siguen la misma voluntad compulsiva, hacer sin preguntar, sin respirar. Tomo por el pasillo de los ingenieros, al pasar observo como uno de ellos rapa su cabeza en forma arcaica, utilizando un filoso cuchillo dejando tras su cabeza un delgado hilo de sangre, perdiendo su mirada en el infinito como si quisiera traspasar el espejo hacia un mundo soñado, obnubilado en sí mismo; cierra súbitamente su escotilla, esta imagen no disminuyó mi apuro es que mi intercom estaba en amarillo, señal de que algo no anda bien. A mi paso todos se alejan casi mudos, como se alejaban de los leprosos en el medioevo, ocultos en las sombras. “Señor Zhu… Revise el modulo de energía, estamos perdiendo luz en los pasillos..” ordené mientras apuraba mi paso “A la orden Mayor..” Y partió raudo por un pasillo secundario. Llego al puente, “ Oficial en el puente..” se escucho desde un rincón, todos se cuadraron automáticamente, “ Descansen..” acoté y me dirigí hacia un grupo que estaba en la esquina derecha del puente, amontonados unos con otros como cuando ocurre algún accidente. El Teniente Sanz, oficial médico del puente, estaba en el piso junto al capitán, “ es que no reacciona!!..” me abrí paso entre los presentes y di la orden de que cada uno regresara a sus tareas, inmediatamente lo hicieron. “Que sucede?..” le pregunté a Sanz entre agitado y confundido, “Ayúdeme a llevarlo a su camarote…” me dijo Sanz mientras lo tomaba por debajo de los hombros. Lo levantamos y lo depositamos en su cama, “tengo que decirle la verdad..el capitán murió..así repentinamente… solo no acató la orden del supremo consejo…no avanzó” en ese momento Sanz largó una corta risa, como nerviosa y entre dientes, y automáticamente frunció su rostro como queriendo llorar. “Cálmese…que lo ayuden a llevarlo hasta el pabellón médico, trate de ver que le pasó” No dijo ni una palabra salió del camarote, a los pocos segundos entraron 2 oficiales lo colocaron en una camilla de rescate, y partieron al pabellón médico. Me encamino nuevamente al puente, por ser el segundo al mando debo hacerme cargo de la situación. Llegué y pedí un reporte de lo ocurrido, S.HO.N.I (Sistema holográfico de navegación Intergaláctica) responde con su voz fría, casi sepulcral “Estamos en el punto de partida y en el de llegada..Destino…Va..cio ..Naaaa DA..!!” y luego se apaga. “Señor Zhu, abra la escotilla panorámica quiero ver hacia donde vamos..!!” Se abrió lentamente y no vi nada un vacío oscuro y sin fondo me absorbió, un fuerte y helado sentimiento estremeció mi columna, tenía la sensación de caer y caer, pero a la vez sentía mis pies pegados, clavados al piso del puente. El silencio era perturbador, habíamos llegado a la nada? Pero que es la nada? Según los libros es el silencio de lo inerte, el espacio entre la vida y la muerte, pero la nada es una catalogación en si misma, lo que dejaría sin sentido la existencia de la nada si es que existe, es más la nada violaría el principio de indeterminación de Heinsenberg, y si esto fuera verdad debería poder medirse según la teoría cuántica del vacío. Me duele la cabeza, y algo tibio corre por mi nariz pero no puedo dejar de mirar el vacío. Escucho unos pasos recorriendo mi cabeza una voz profunda me dice “H.P.Lovecarft a muerto…el capitán murió”. Sigo mirando el vacío, se entumece mi mano mi cuerpo no me responde, me agito y sudo frío, creo que caigo. Mis luces se apagan lentamente y no puedo ver mas que sombras que se mueven presurosas y sin sentido, veo todo. – NO me lleven quiero, necesito ver la nada, me llama, me pide- pero ellos no me escuchan, el Señor Sanz me recibe en el pabellón, ya somos cientos los que estamos ahí, y pronto seremos más. -Es que no estoy muerto, acá estoy!!!- mi mente recuerda algo escrito hace muchos siglos atrás “Que no está muerto lo que yace eternamente, y con los eones extraños incluso la muerte puede morir” pero donde lo leí y recordé….Lo leí en el Necronomicon de H.P.Lovecraft
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Ricardo Fernndez
Ricardo Fernndez
gabriel falconi
genial!!!!