Libro de Crnicas, mi versin(parte 1)
Publicado en Dec 15, 2009
ATENCIÓN: Si han leído esta bitácora se habrán enterado de que mi nombre es Juan Sambra, y que las pocas hazañas hechas por mí el 2002 dieron que hablar.
No deseo justificarme, sólo aclarar unos cuantos hechos a mi nombre que no son más que unas falsas calumnias. Primero: La constancia de la hoja número 13, a fecha del 15 de abril, a las 23:25 horas (pero que en realidad fue la madrugada del 16), nombra como organizadores aun cuarteto de pelagatos, pero el líder indiscutido era el mismo Juan Sambra. También se nombra el suceso como una “vulgar alboroto” ¡Objeción! El alumnado estaba haciendo una pequeña “operación Daisy”, no una “tropelía”. Esta prevención estaba basada en el siguiente relato: En un hospital del sur chileno, cierta mujer dio a luz un bebé de singular fealdad, a tal punto que una matrona no pudo reprimir el comentario: -¡Chitas la guagua pa’ fea! -Más feo va a ser lo que pasará el 16 de abril en Valdivia- respondió ante el asombro de todos el espeluznante recién nacido. Tal fue la impresión de los presentes que por un momento todos quedaron paralizados, incluso se cuenta que una enfermera se desmayó. Cuan do por fin los aterrados oyentes lograron recuperarse, preguntáronle al pequeño que cosa iba a pasar, mas todo fue en vano, el bebé expiró sin dar más detalles, ni la clase de catástrofe, ni el año que iba a caer el temido 16 de abril Otra cosa en que pensar: “El suscrito despertó…”permítanme aclarar que el suscrito, o sea el inspector de turno don Fernando Silva, no despertó ni estuvo durmiendo, sino que venía recién legando de su casa (esta situación se ha repetido a lo largo de la historia del internado, el inspector Silva se va para su casa en sus turnos de noche, lapso en el cual queda la mansaca…, volviendo generalmente a las seis de la mañana, hora de levantada). “Encontrando de igual forma a los alumnos Juan Sambra y Pablo silva, en los baños, evidentemente asustados…” ¡No estábamos asustados! Yo estaba haciendo las tareas escolares que debía entregar durante el día y Pablo pasó a hacer sus necesidades, en eso estábamos cuando llegó el suscrito. Me gustaría que la catástrofe hubiera ocurrido de verdad, para demostrar que nunca está de más tomar ciertas precauciones, así nosotros iríamos arrancando preparados, mientras las chicas lo hacían en ropa interior (oh my god). Continuará...
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Guillermo Capece
Saludos
Guillermo (Buenos Aires)
Juan Sambra
anais
EXITOS EN TUS ESCRITOS, QUE BUENOS SON,
Elvira Domnguez Saavedra