Lalito y la nia embrujada
Publicado en Dec 15, 2009
Siempre he estado loco por ella. He vivido siempre perdidamente enamorado de ella. Cada latido mió expulsado al universo ha buscado encontrarse con los suyos. Es el amor que he profesado febrilmente a mi querida niña embrujada. Un dulce tormento, una brisa que cachetea, un lazo sin fronteras.
La conocí en un cumpleaños, se veía hermosa, fina y delicada. Vestía una pequeña falda que ya resaltaba la fresca belleza de sus once años. Siempre con carteras y con aires de agrandada, solía recoger flores en los jardines del colegio. Me encantaba escuchar como toca el piano y buscaba pretextos para acercarme. Fue difícil vencer la timidez que a los doce años me acompañaba. Siempre fuimos buenos amigos, íbamos juntos de compras, juntos al colegio, y solíamos montar bicicleta por las tardes. Un día de otoño, justamente el último día de abril decidí deschavarme con ella, proponerle ser novios a esa corta edad y probar sus delicados labios. Sin embargo el destino prefiero pasarme una jugarreta y posponerlo. Ella partió a Barcelona al día siguiente sin despedirse. Ese día lloré como un niño majadero, me lamenté siempre ser tímido y no haber podido ser más grande para irme con ella. Mis recuerdos de ella me persiguieron tanto en el colegio como en la universidad. Nunca pude enamorarme mas, ha decir verdad creo que nunca mas me enamoré. En algún momento pensé que había una fuerza extraña que me aferraba a ella de la cual debería aceptar ser peón o esclavo. Los años pasaron con rapidez, nunca pude saber más de ella hasta que partí a Barcelona. La encontré bebiendo café en un restauran muy concurrido. Nunca dude que era ella, lucia tan hermosa y sexy como siempre, llevaba puesto unos guantes blancos muy finos, un abrigo de color marrón, y una faldita negra. Aun sentía esa fuerza que me llevaba hacía ella, De la cual nunca lamenté. Me acerqué y le dije: -Hola, ¿Te acuerdas de mi niña embrujada? -Claro, que tal Lalito, pero me llamo Lady ¿No te acuerdas? - para mi siempre serás la niña embrujada -la abrasé con desesperación, como si nunca le quisiera soltar. Fue un momento especial, algo sublime, me sentí resucitado, me volví música. Sentados en ese lujoso restauran de finos muebles de acabados en caoba le conté los años que pase en ausencia de su presencia y de los deseos que tenía de verla. Ella siempre con esa risita, mostrando sus dientecitos y jugando con sus dedos. Me sentía feliz tenerla tan cerca. No olvidaba que le decía la niña embrujada por que a veces tenía comportamientos extraños como ser impulsiva y maliciosa. Me contó su vida en pocos minutos, había cosas que ocultaba sin embargo no quería fastidiarla con mi sarta de tonteras. No esperé mucho y le propuse en varias ocasiones ser su novio, nunca me acepto quizás no me entendió o quizás no la entendí. Nos dábamos privilegios de enamorados, hacíamos el amor, íbamos al cine, nos obsequiábamos cosas a cada rato y nuestra comunicación era constante. Solo quería darle legitimidad a nuestra relación clandestina. ¿Acaso era mucho pedir eso?. Fue un sábado el trágico desenlace, la vi salir de un hotel lujoso con un hombre de barba larga, parecía su abuelo sin embargo la forma en que le golpeó los glúteos y beso el cuello me dejó las cosas claras. No podía creerlo, sin embargo ella era la niña embrujada y eso la hacia impredecible y maliciosa. Me alejé como un perdedor, a recluirme en mi soledad, a tratar de encontrarle razón a mi vida. Fue horrible enterarme de esa forma que fui engañado, como una bofetada sin aviso. Perdí la comunicación por meses con ella hasta que me dio alcance en el tren. Me sostuvo del brazo y me rogó perdón, me decía que me amaba y que este tiempo sin mi ha sido el mas largo que ha podido sobrevivir. Esas palabras fueron suficientes para derretirme. Solo el hecho de verla otra vez me devolvían la vida, se veía perdida y desorientada, como un perro sin dueño en busca de hogar. Ese corazón y esa fuerza que nos une cobró vida otra vez y el indefenso chiquillo Lalito que vive en mi salio regalándole besos y abrazos. Le dije que también la amaba y que no era nada sin ella. Volvimos a salir como en los viejos tiempos, las cosas parecían esta vez brillar otra vez. El amor era tan grande que lo perdonaba todo, incluso me sentí tonto de haberme alejado y dejarle en los brazos de ese hombre caducado. Al cabo de dos meses la vida se burlo otra vez de mí. Hubiera preferido no salir ese día de casa. Leía el diario en el quiosco cercano al apartamento y pude ver una foto donde Lady salía besándose con un joven de aspecto atlético. El titular decía: el nuevo amor del campeón nacional de box. Aquello Fue fatal. Me sentí el más imbecil de todos los seres humanos, el idiota redomado, el cerebro de mosquito. Ya no iba salir de esta, era demasiado soportarlo. Sospechaba lo malvada que ella era pero este corazón sin neuronas me había vuelto imbecil. Me dirigí al puente más cercano y me propuse suicidarme. Mire hacia abajo desesperado y el sonido de las sirenas evocaron los recuerdos tétricos de mi madre. Recité una estrofa de unos de mis poemas melancólicos: Mis últimos respiros Sin consuelo. Traicionado y abandonado Parto ahora a tu lado. No pude hacerlo, no pude matarme, me sentía un cobarde, un saco de huesos en el lugar equivocado. Volví a casa a llorar con esas canciones francesas e intentar un honesto pacto con mi soledad. Al cabo de varios meses explorando en los rincones de mi mente encontré otra vez el valor de la vida y me decidí en volver a Lima. Apenas llegué a Lima me enteré que la niña embrujada había sufrido un accidente de transito en el carro de su nuevo novio, ahora era un magnate de la publicidad, él había muerto al instante y ella se debatía entre la vida y la muerte. Llegué en los últimos instantes, ella agonizaba en la cama 3 del cuarto piso, apenas la vi me dijo: ¿Como estas Lalito? -no tan mal como tu Lady -¿Aun me quieres?- me sonrió con ironía -desgraciadamente sabes que he nacido para eso. Nunca tuve opción -Ahora solo bésame la frente y dime que no he sido tan mala. -No has sido tan mala mi niña embrujada. Roger Alexander 25-11-2009 Diario: Intentando ser Escritor
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