REMEDIOS CASEROS.-
II
La vieja abuela recomienda el conjuro sagrado del ensueño
de excitarme imaginándote revolotear en mis brazos a todo tiempo
esparciendo tus alas sobre mi rostro a paso entorpecido y al contrario de las manecillas.
Desayunar sano y el ejercicio simple, conlleva a degustar la fe en aparente tono de embeleso
caminar derecho y fajarse la camisa, no escupir y decir faltas ortográficas altisonantes con énfasis al cielo dice Ingo Indigente el poeta de cabecera...remedio infalible para conseguir un beso de tus labios
o una risa de tu escarnio.
Un te rojo todas las noches alimenta el espíritu y congestiona las ideas de añoranza y ternura
beberlo sin azúcar esparce la imaginación a tal grado de desvanecer tus deseos mas enfermos,
en luna nueva unta licor de ajenjo en tu corazón y sin cabizbajo trabuco la tendrás fácilmente o la olvidaras sin remedio...dice la alquimia de la Bruja Gloria cual biblia en mi librero.
Mas no hay nada que quitarte las ansias con tradicional menjunje, posa sobre tu libido la dulzura de su piel
que rebose en tu mas cálido nicho la pose mas exacta que le haz mirado, y al compas de los latidos
de tu respirar precipitado y de tu sudor tibio, grítale en lo mas alto cuanto la deseas y piensas, y justo en boga del coro, ahí...ahí da tres galopes...y téjete una fantasía con tus manos, humedece el delirio con tus fuerzas hasta que salga toda la lívida fiebre...y veras que el síntoma desaparece...eso si...las ansias se acrecientan y tendrás que tomarte eso mas enserio y con repetidas dosis...decía la tía Isabel.