La historia de una muerte anunciada.
Publicado en Dec 15, 2009
Mi nombre es Carla, vivo en Labranza, cerca de los antiguos rieles, en un campo muy cerca de la civilización, o mejor dicho…
Todo empezó una mañana fría y clara. Me levante, me di un baño con agua fría. Desayuné y salí a caminar como de costumbre, las calles estaban casi vacías, la gente ya se había ido a trabajar y los niños estaban en la escuela. Pasé por la plaza y ahí estaba Rubén sentado en una banca al frente de los columpios, me senté junto a él y le salude, me saludó y siguió mirando los columpios fijamente, tanto que se notaba una furia en sus ojos. Se me ocurrió preguntarle porque miraba de esa manera, pero me contuve y no dije ninguna palabra. Noté que tomó aire, se quedó en blanco y luego volvió a la realidad. Luego de eso me miró - Carla…, prométeme que te cuidarás mucho.- - Lo haré - respondí. - ¿Por qué?- añadí. - Solo prométemelo - dijo él. Me dio un abrazo tan dulce, que sentí que debía responderle de la misma manera. - Deberás cuidarte mucho tu también, Rubén, quiero tener a mi amigo conmigo para siempre - le dije sonriendo. - Yo también te quiero tener para siempre. – me dijo ya más tranquilo Le di un beso en la mejilla y miré sus ojos, representaban a un mar en furia, una mezcla de pena y rabia. No me aguanté y le pregunté – ¿Por qué estas así?, me preocupas – - No es nada, pero por favor, cuídate, nunca sabemos cuando nos pasará algo - – Nada va a pasarme, tranquilo – le dije de manera relajada Se dirigió a mí con la cabeza agachada – Eso espero – Luego de esa pequeña conversación nos despedimos y nos dirigimos a nuestras casas. Me fui inquieta pensando, ¿Por qué me diría ese tipo de cosas? No podía resistirme a la curiosidad de saber, pero por muy fuerte que fuera, lo resistí. Quizás debí preguntarle, hubiese sido lo mejor, pero no lo hice. A la hora del almuerzo, encendí la cocina y ésta no funcionaba, intente encenderla con un encendedor pero fue imposible, así que tomé una chaqueta y me dirigí a la puerta para ir a comprar algo de comer, se cayeron mis llaves y cuando las iba a recoger vi un sobre, sin dirección, sin nombre ni código postal, lo miré con cara extrañada, pero lo abrí sin miedo. Decía cosas perturbantes como ‘’Debes cuidarte mucho, o si no atente a las consecuencias, no hagas una locura’’ En mi cabeza, se repitió muchas veces la frase ‘’Debes cuidarte mucho’’ y recordé de inmediato la escena con Rubén. - ¡¿Qué es esto, acaso una broma?! – decía para mis adentros. Caminé no sé hacía dónde, mis pies me llevaban, llegué a la plaza miré a mi alrededor como si buscara algo, vi los columpios que Rubén observaba y se me vinieron mil imágenes a la cabeza, vi con mucha claridad, una pequeña, rubia, de una tez blanca, el pelo largo y que llevaba un vestido amarillo. Detrás de la niña apareció un hombre, le tomó el pelo y sacó un revolver de su bolsillo, le tapó los ojos a la niña y presionó el gatillo con dirección a la cabeza de la pequeña, abrí mis ojos y sentí escalofríos, escuche pasos así que volví mi cabeza hacia atrás y era un niño, de más o menos 6 años, se sentó en el columpio y comenzó a balancearse. Me miró y me dijo dulcemente: -¿Recibiste el sobre?- levante una ceja y le dije -Sí, lo recibí, ¿cómo sabes que me debía llegar un sobre?-. –Ten cuidado- añadió mirándome con ojos preocupados y salió corriendo. Me fui de ahí tan asustada que fui a la casa Rubén, no debí haber ido, ya que lo encontré en un charco de sangre y en las manos un sobre igual al que yo había recibido, lo miré, le toqué su mano, estaba congelada, salí corriendo, muy asustada, llegué a un bosque y sin haberme dado cuenta se hizo de noche. Me recosté en el suelo, estaba tan cansada de correr y de llorar que me quedé dormida. Desperté a media noche, se sentían muchos ruidos, ramas que chocaban, perros que aullaban a la luna, pero lo más extraño fue que escuché pasos y murmullos. Me asusté mucho, intenté de que no se dieran cuenta de que estaba ahí, di dos pasos hacía atrás… – No debiste venir hasta aquí, es muy peligroso- hablo la voz desconocida. Pude sentir como el frío recorría mi piel, sentí que me tocaban el hombro con la intención de hacerme girar. Giré tontamente y lo miré con ojos desafiantes y me sorprendió el hecho de que no era normal, o por lo menos no parecía normal. Era el hombre que le disparó a la niña, pero ahora tenía su rostro desformado. Me tomó del brazo y me llevó hasta la línea del tren. Nos pusimos en medio, le dije -¿Que hacemos acá?- -Asesinarte, ¿no es obvio?-, me respondió con tono burlón. Intenté zafarme, pero me fue imposible. Estaba muy oscuro, pero logré divisar una luz, que rápidamente se agrandaba e iluminaba más. El engendro me ató a los rieles, impidiendo mi movimiento Sentía la adrenalina en mi sangre, traté soltarme con una fuerza sobre-natural a la mía, pero fue imposible. El tren estaba cada segundo más cerca. Cuando llevábamos unos cinco metros de distancia vi pasar toda mi vida por mi cabeza, sentí que despertaba y el tren chocó contra mí. No diré que pasó con mi cuerpo porque podría provocar repulsividad. Ahora me encuentro a tres metros bajo tierra, salí en el noticiero como que me suicidé y mis padres aún me lloran, pero con rencor, ellos también creen que me suicidé y culparon a Rubén, fueron a su casa y lo encontraron muerto, lo enterraron junto a mi, en éste momento volamos al cielo, más allá de las nubes, más allá de las estrellas…
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Nayadeth Muoz
:)
un beso
chau n.n
Johel K.
Hasta sentí un miedo en mi cuerpo, de verdad.
Y sobre los comas y los puntos, creo que nunca se sabe como usarlo.
Ese es el miedo secreto de los que escriben jeje.
Por cierto te invito a leer mi último relato que escribí; se llama Un suicidio.
Hasta luego
Nayadeth Muoz
Muchas gracias !
Y me daré una vuelta por tus publicaciones !
n.n
Nayadeth Muoz
Seguiré escribiendo !, pero quiero que sepas que me falta mucho todavía para llegar a tu altura!
Muchas gracias !
Adiós n.n
Roberto: Gracias por la info ! esto me ayudará muchisisimo :)
Cyntia Macarena Montero Quinchavil
Espero que también pases por alguna de mis publicaciones.
Saludos.
María de la Paz Reyes de Langella
Roberto Langella de Reyes Pea
Nayadeth Muoz
me gustó mucho tu comentario !, me dan ganas de escribir, escribir y escribir !
la verdad si eso de los puntos y las comas aun me cuestan un poquito, jaja. gracias por decirme!
Feliz año nuevo !
adios n.n
Roberto Langella de Reyes Pea
Nada, tu cuento es una clase de cómo debe escribirse un buen cuento de suspenso. Un buen gancho inicial, ritmo, un desarrollo que magnetiza al lector, un remate de algún modo sorprendente. Tu relato tiene todo esto. Vos no necesitás consejos. Nada más tenés que seguir escribiendo. Se nota que te gusta leer y que leés mucho. Esa es la mejor gimnasia que un escritor puede hacer.
Un último "consejirijillo", si, de puro Flanders que soy: Tu puntuación es excelente. Nada más fijate que donde ponés algunas comas irían mejor unos puntos y comas. ¡Y es tu desafío encontrar dónde!
JUAN CARLOS
Cariños y besos..Juan Carlos..