ENTRO A TU CUERPO COMO SI FUERA MI CASA
Publicado en Dec 17, 2009
Entro a tu cuerpo
como si fuera mi casa, mi casa limpia, blanca, iluminada... En tu cuerpo hay muchas ventanas, una fuente, y un florero con un ramo de dalias, dalias pálidas, traslúcidas y amarillas; y hay un perro que ladra cuando llego. Cuando estoy fuera de casa me siento desterrado de la vida; todo es como una enorme caja obscura sin puertas ni ventanas, donde no cae la brisa que refresca mi alma, mi alma yerma donde no crecen las dalias ni flor alguna… Y me siento triste como un perro sin dueño. Pero cuando llego a casa, me instalo cómodamente en la sala, en la recámara, en la cocina y en tu cuerpo siempre abierto como una dalia; sólo ahí respiro el aire que llega desde mi ventana, sólo ahí tú y yo nos convertimos en agua y tu corazón se hincha como una manzana y mi corazón se hincha también como una manzana... porque ya tengo un perro que me ladra.
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Jos Antonio
Tú y Roberto son el camino, son el beso, son la casa iluminada que habitan... son todo eso y más.
Fortísimo abrazo
María de la Paz Reyes de Langella
Roberto Langella de Reyes Pea