Sujeta la cuerda - Parte 1
Publicado en Nov 14, 2010
Pilas alcalinas de bajo voltaje, una linterna y mucho coraje. Estéfano caía en el pozo y la cuerda se estiraba diez metros, quince, veinte,treinte y luego... splash. Renato no amarró la cuerda al árbol como Estéfano le había indicado, y ahora su amigo yacía en lo profundo de la oscuridad. Fue succionado por las tinieblas e hizo splash estrepitosamente. La voz de renato parecía no alcanzar la profundidad y parecía que sus señales no podían atravesar el manto negro que había penetrado Esteban al caer. Entonces Renato sintió miedo, había pensado por unos minutos que Estéfano le estaba jugado una broma y se había dejado hundir para burlarse de él, pero recordó que la cuerda no había sido amarrada correctamente, recordó que el debía hacerlo y que Estéfano le había enseñado, más de cinco veces, como hacerlo, recordó que era su culpa, y revivió el acto una y otra vez tratando de convencerse de que no había hecho el nudo mal. Pensó en como la cuerda se acababa rápidamente, como se estiraba y se desprendía del árbol, como se perdía en el pozo y como gritaba Estéfano al caer. Desvió su antención y empezó a intuir lo que significaba este suceso. Él era el culpable de la muerte de su amigo, él iba a pagar la pena de haberlo matado; pensó, que al ser descubierto, la policía lo alejaría de sus padres, le encerrarían en una celda, lo dejarían envejecer sin poder ver a su madre o a su padre nunca, y cuando sea viejo lo electrocutarían para hacerle pagar por la muerte de Estéfano.
Pero... Nadie sabía que él estaba jugando con Estéfano en ese momento, es más, él debía estar haciendo su tarea en casa mientras su madre estaba en la iglesia. Recordó que los padres de Estéfano no sabían que este había saltado por a ventana de su habitación, descendido por el árbol de junto a su ventana y encontrado con Renato en su patio. Si nadie sabía esto nadie lo culparía. Así que tan rápido como pudo corrió a su casa esperando que su madre no hubiera llegado todavía. Antes de entrar revisó, desde las ventanas, si su madre estaba adentro. Al no ver rastro de ella abrió la puerta, entró, subió corriendo las escaleras y aún asustado y agitado se tiró en su cama y comenzó a hacer su tarea frenéticamente. Al llegar la noche y su madre, Renato decidió esconderse bajo sus frasadas y fingirse dormido. Su madre subió las escaleras paso junto a su cama, lo arropó mientras el trataba de relajar su respiración, y caminó hacia su recamara, se cambió las ropas y bajo a calentar la cena para ella y su esposo.
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