Tangentes
Todo gira. Todo gira en círculos convexos.
Los círculos se rozan.
Se superponen.
Se atraen, se repelen.
Forman conjuntos.
Luego se disuelven.
Todo continúa moviéndose.
Nada está quieto.
Nada permanece inalterable.
Ningún límite.
Ninguna composición fija.
Las células de mi cuerpo se mueren y renacen cada día.
Aves Fénix son.
Algunas sucumben
ante la vejez.
Es el paso del tiempo.
Y en cenizas se convierten
y a la tierra regresan.
Donde brotan retoños.
El tiempo y las formas en constante armonía.
Interactuando.
Los seres, interactuando.
Vienen, se van.
Se tocan, se rozan.
Se enloquecen de amor.
Ese extraño misterio.
Otrora se enfría, otrora se muere.
Las células del cuerpo respiran
el mismo aire que respiran las del ser amado.
De lo mismo se alimentan.
Gira el aire. El mundo entero.
Giramos.
Otra tangente se aproxima.
No sabemos. Nos da miedo.
Una nueva química.
Se aleja lo pasado temporalmente.
Nunca sabremos si volveremos a rozar esa tangente.
Nuevos seres, nuevas formas.
En la danza total del universo.
No hay reglas estables.
No hay conocimiento irrefutable.
Seres ignotos se están gestando.
Tal vez no debamos sufrir las pérdidas.
Todo debe ser porque así lo es.
La materia es la misma
materia de todos los siglos.
Transformándose permanentemente.
Sólo percibimos de vez en cuando
una tangente.