El nacimiento de Sarah.
Publicado en Apr 17, 2009
Nueve meses esperando tu llegada, nueve meses soñando con tu cara.
Cuando nos enteramos que vendrìas, con tu papà empezamos a buscarte un nombre. ¿Nene o nena?, esa era la gran incògnita, pero como dicen todos: lo importante es que sea sanito. De a poco fuiste creciendo y con el tiempo te sentìa moverte y cada ecografìa me revelaba màs de vos, hasta que en una de las ùltimas pude ver tu carita con claridad y no pude evitar que las làgrimas brotaran de mis ojos, te veìas tan chiquita, tan bonita y tan mìa... Tu nombre nos vino como una inspiraciòn, no lo buscamos, simplemente apareciò. Cada vez faltaba menos para tu nacimiento pero la espera se hacìa insoportable, las ansias de tenerte en mis brazos hacìan que cada dolor pareciera el comienzo del parto y màs de una vez me sentì defraudada al darme cuenta que era una falsa alarma. Una noche de otoño decidiste venir. Tu llegada fue tan esperada por todos que no podìamos creer que en poco minutos estarìas con nosotros. En ese momento tratè de recordar cada detalle sabiendo que serìas la ùltima, despuès de vos no tendrìamos màs hijos. Es dìficil explicarte con palabras lo que sentì al escuchar tu llanto por primera vez y te pusieron en mi pecho. De nuevo las làgrimas corrìan por mis mejillas y tu papà a mi lado tampoco podìa contener la emociòn. Fue un momento que durò minutos pero que me acompañarà por el resto de mi vida. Hoy te veo dormir en tu cunita, sonrièndole a los angelitos que custodian tu sueño, y no puedo màs que pedirle a Dios que te proteja y no te desampare nunca, que siempre conserves esa pureza e inocencia que tienen todos los niños y por sobre todas las cosas, que SIEMPRE SEAS FELIZ.
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Carlos Campos Serna
Saludos