Lejos y cerca estallan los petardos:
La ciudad ha renacido a la locura.
Los hombres van destrozando focos:
Llevan garrotes y dan de garrotazos.
Brindan el roñoso y el valiente
aunque nada se tengan que decir.
Salen el envarado y el inmundo
a pactar y dejar sus disentires.
Las hembras bailan en sus claras escalas
y el licor corre entre sales y azahar.
Los avenidos dejan su pereza
y se embriagan y abrazan junto al indigente.
Las mujeres entregan su virginidad
a cualquier haragán que las desée.
Todo es estupor y lujuria y basurales
en esta carnestolenda licensiosa.
Coexísten alegremente ninfómanas y sátiros
en un orbe complaciente e incluyente
y en su frenesí sienten que no habrá mañana
pues partirán los carromatos de la feria.