Allí va pasando la antigua barrialtera:
Antes fue sencilla en sus tiempos tristes.
Ahora lleva un bozal para su enojo:
Olvida que cargaba una pequeña alcuza
y comía cualquier cárnico digerible.
Era pobre hasta morir de pánico.
Ahora, que recibió una herencia,
ha vuelto selecto su perímetro
y sólo viaja a lugares volcánicos.
Se la ve serena, brava y altiva
y sólo es la aparición de una apariencia.
Se cree bella en sus dobladillos
más ante el espejo es un dejo burlesco.
Es una mujer que no alcanzará el glamour
y diablillo entre los ángeles de su habitación.
También es otra rosa que he perdido
con la que compartí juventud y pobreza.