Soy un soltero sempiterno:
Jamás crucé en amor umbral alguno.
No quiero sentir anhelos ni consuelos.
Soy célibe y no busco matrimonio.
El matrimonio es un mal resbaladizo.
Es una sugerencia sagaz que no me atrae.
No quiero un acuerdo ni un contrato divisorio
con mujer alguna que me tome por premio.
Deseo que mi solapa siga siendo mía
y distenderme sobre cualquier cúspide.
Y andar serenamente en mi jaca
y coser mis botones uno si, otro no.
No quiero de saber de separaciones ni rupturas
ni de hombres despreciados que huyen a los muelles.
Acaso he probado el sabor de un beso
pero no he de zozobrar en su vidriosa insanía.