Oscuro bodegón de la nostalgia,
te evoco en la costumbre de tortillas y
jamones,
en risas trasnochadas que pugnan
por las musas,
en fieros arrabales de osadas aventuras.
Te pienso acobardado, cediendo a los
ultrajes de turbias topadoras insolentes
que aplastan tus recuerdos,
tus noches mas calientes, de puro empecinadas
en borrar tu estigma, tu protesta urgente.
No importa lo que venga en nombre del progreso,
tus húmedas razones penetran armaduras de
espesos funcionarios y el sueño de la gloria
emerge poderoso blandiendo el paradigma
de aquellas nobles charlas,
de noches de vagancia,
de amores optimistas, en busca de sus velas de corta
incertidumbre.
No quiero el desamparo de tus viejos fantasmas,
muriendo de temor en otras páginas,
te quiero en mis retinas testigo bocacalles urdiendo
las maniobras que alertan los dislates.
Mi oscuro bodegón levanta su estandarte
me deja un pedacito de fiel pared amante,
allí dejare escrito un grito de memoria,
rugidos del carajo,
pisadas del futuro,
un mito subversivo,
miserias del arte.