La ira de los buenos. Capitulo V. Perdidos en la noche.
Publicado en Jan 04, 2010
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Perdidos en la noche
 
Salieron hacia la Ruta 3 y cruzaron la misma hacia el lado de Maria Elena. Los autos y camiones iban de un lado y otro de la carretera a gran velocidad. A esa altura el cruce es un poco inhóspito, frente al aeródromo lo único que había era un enorme terreno baldío, junto a un gran galpón de alimentos. Cruzado ese trayecto se encaminaron entre las calles de barro, unas diez cuadras de caseríos de material y chapa, silenciosos, guardando el sueño de sus habitantes. Los ladridos furtivos de los perros noctámbulos eran su única compañía junto al ruido de sus pasos. La excitación carcomía a B. y el terror a su compañero. Querían llegar a lo del amigo, un refugio, donde tenían un lugar para pasar hasta la mañana el resto de la noche y cambiarse la ropa. Llegaron a una casa con techo sin terminar mitad tejas, mitad chapas y un caminito de material que conducía hacia la gastada puerta de madera. Los recibió un paraguayo gordito que estaba medio en pedo. El paraguayo no hacia preguntas intuyendo que la ignorancia era su salvaguarda. B y su compañero llevaban cocaína en abundancia que le habian quitado a su victima. Sin exagerar, un ladrillo envuelto en papel plateado de cocina y una bolsa plástica de mercado. El paraguayo trajo unos vasos metálicos que saco del congelador de su vieja heladera y el vino tinto en caja. Se hizo del espejo y una tarjeta plástica, mientras los dos hombres recién llegados de la noche cerrada limpiaban sus ropas ensangrentadas. B, excitado, apuro sus movimientos, quería tomar vino y algo de merca, su compañero, aturdido, hizo lo mismo, pero en cambio él necesitaba olvidar.
Esa noche B y su compañero, bebieron y liquidaron un buen par de gramos en rayas cargadas y mal picadas, lo que los mantuvo paranoicos, alertas y despiertos hasta el amanecer, cruzando apenas palabras que costaba pronunciar. Los gallos del barrio y los ladridos de los perros a los primeros en levantarse en la madrugada interrumpían de tanto en tanto la radio encendida, mientras el barrio comenzaba su movimiento cotidiano de hombres y mujeres mal dormidos que se dirigen a su trabajo, en busca de uno o simplemente para procurar la manera de sobrevivir otro día arrastrando los carros donde cargan sus cartones.
 
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Foto del autor facundo aguirre
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7 Comentarios 335 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

nouvelle politico policial marginal noventista

Palabras Clave: cocana noche paranoia

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



Comentarios (7)add comment
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facundo aguirre

gracias amigo
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January 08, 2010
 

inocencio rex

muy bueno... y leyendo los comentarios que dejó roberto, muy atinados, me anoto a lo dicho por él.. la forma de contarlo es la adecuada, y además, es todo un estilo y todo tuyo que ya venis mostrando en otras cosas que te leí.. mis estrellas, facundo
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January 08, 2010
 

Roberto Langella de Reyes Pea

Ni más ni menos.
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January 04, 2010
 

facundo aguirre

gracias amigo por tus palabras. coincido con vos que el juicio a las juntas fue un circo y asi lo estamos pagando.
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January 04, 2010
 

Roberto Langella de Reyes Pea

No me parece excesiva tu economía de palabras. Tu vocabulario no es reducido para nada, así que si economizás, no es por falta de recursos. Además, a este tipo de historias le va muy bien este tipo de discursos, casi periodístico. Si a mí se me ocuriera escribír una trama política, es el discurso que intentaría emplear.
Aunque te cueste creer, la primera novela que escribí, tenía 20 años, trataba sobre el juicio a la dictadura, del '85, que siempre me pareció un circo. Escribí como 600 páginas a pura Olivetti. Después la quemé, porque a los años me pareció que quedó horrible; los personajes eran bastante infantiles.
Por ahí hoy comenté, en alguna parte, que el mejor artista es el que economiza sus recursos. En muchos casos al menos, creo que es así. A veces uno escribe cosas con palabras muy rimbombantes, y después viene otro, y con cuatro palabras te deja culo pa' arriba. Ja!. Bueno, esa es otra de las cosas hermosas que tiene este difícil oficio de escribir. Abrazos.
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January 04, 2010
 

facundo aguirre

gracias amigo. a veces pienso que es demasiada mi economia de palabras.
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January 04, 2010
 

Roberto Langella de Reyes Pea

Vamos muy bien, solo esos finales de capítulo que se cortan de una manera medio abrupta (no en todos). Pero puede que si leyera en papel no lo notaría tanto. También, creo, es parte de tu estilo. Hablás y escribís solo lo preciso, e imagino que no te van demasiado ni las formas clásicas ni los adornos. Bueno, quizás tengas que lidiar toda tu vida con este tipo de observaciones, como las que te hago. Nada, supongo que si tenés consciencia de ello y si a vos no te jode, no es una falla. Al resto de la redacción creo que no le falta nada. Vamos por más.
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January 04, 2010
 

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