La ira de los buenos . Capitulo VI. Es el poder, estupido.
Publicado en Jan 04, 2010
Es el poder, estupido.
El comisario llama al diputado desde un celular y le comunica la noticia. -Es urgente que nos encontremos. Cuando la tarde esta cayendo se encuentran en un bar de Ramos Mejía. El diputado lucia un buen porte. Impecable pantalón caqui y camisa de algodón blanca. Un reloj deportivo en su muñeca izquierda y una fina pulsera dorada en la derecha. Su rostro no era expresivo y no se podían distinguir en él huellas de preocupación. El comisario por su parte estaba enfundado en su traje gris cruzado, con una corbata a cuadros floja, el botón de la camisa blanca del cuello desabrochado. El diputado y el policía ordenan a los custodios que esperen en las mesas cercanas a la puerta. Ellos se acomodan en sus asientos y piden dos cafés y dos aguas minerales sin gas. Esperan a que la moza, una muchacha rubia que atrae sus miradas, les sirva para comenzar a hablar del tema. -Ya esta hecho. -Bien. Contesto el hombre político, dando certeza de absoluta seguridad en el asunto, aunque su gesto daba muestra de cierta preocupación, que se hacia notar en una especie de tic que desfiguraba por un instante un rostro de por sí demasiado inexpresivo. El comisario se sirvió un trago del agua mineral, bebiéndolo de a pequeños sorbos que le mojaban el bigote. El diputado pensó por un instante, mientras veía a la rubia moza ir y venir entre las mesas. El hombre de ley lo interrumpió. -¿Te parece que valió la pena correr tanto riesgo por tan poco? ¿Jugarse así por celos de una puta? -No se trata de ella sino de mi orgullo. Se trata de recordar cuanto costo llegar acá y que nadie te va a impedir gozar de ello. Le adverti y no me hizo caso. Tenia que pagar. Y no la vuelvas a llamar así, ahora es una señora. -Como quieras. Pero estas perdiendo la cabeza y arriesgando demasiado.
Página 1 / 1
|
facundo aguirre
inocencio rex
facundo aguirre
Roberto Langella de Reyes Pea
facundo aguirre
Roberto Langella de Reyes Pea
facundo aguirre