La mujer que madruga ( Relato)
Publicado en Jan 05, 2010
He aquí a la mujer que madruga y mira su ajuar: Escoge su vestido según leídas opiniones.El más allá todavía le entrecierra los ojos. Pasa más de una hora en el baño y en el retrete, con la duda del color del pantalón o la falda.Poner música es su costumbre y sino. Se manifiesta positiva aunque en su pasado se quemara en sus aquelarres: Hoy se ha estabilizado en su paz. Porcentualmente se afirma el día y toma la decisión de un color de moda, azul y rojo.Deja caer cenizas de su pelo. Limpia el sofá, recoge su sorna, se calza los botines de sordidez, echa a un lado los ladridos que ella misma construye. Besa a sus hijos y levanta la tranca. Afuera el cielo es rosáceo y vivo, los animales apenas respiran y se dirigen partes de reconciliación.La suerte ha abandonado a los indigentes y el orín supura en todos lados. Ella debe tomar su vehículo hasta su trabajo de dieciséis horas. Se levanta sobre el tráfago aunque esté alicaída. Lleva pastillas para el dolor de la menstruación y botellitas de agua para el estreñimiento: Le urge estar siempre hidratada. Busca como sea mantenerse en su puesto. Su jefe es una antigualla andante que da vestigios de roncar mucho. Al lado de ellas se sientan bandadas de mujeres y algunos hombres engreídos que cruzan las piernas y se creen jalifas de un nuevo emirato. Ella les dispara desde el trípode de su mirada tridentes de fuego y los hace pasar del letargo a la voracidad del trabajo ceñido.Ella no hace aspavientos y sólo sale con incircuncisos.
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