Por los dias en que no llueve, creo que era marzo en domingo, te miré frente a frente, cara a cara, la pureza de tu alma transparente se presentó en una ocasión afortunada, pero no me atreví a decirte una sola de mis palabras, de esas que brotan del corazón, de esas que nacen de una mirada, no lo hice porque no quice, fue porque no pude, sentía que el silencio controlaba mi voz desesperada.
 
Ibas por la calle, con todas tus amigas, yo era tan solo el bolero que vagaba por las calles, con mi caja y mi cepillo, y cada vez que me mirabas, una sonrisa de ti brotaba. Las cosas ya han cambiado, tú ahora eres mi esposa y yo tu fiel enamorado.