Ella en el jardín, cultivando
el amarillo perfil de las flores,
la margarita nace  la rosa recoge
el color, el rubor de una mujer
propagado en la vena y en la sangre.
Ella recorre el jardín
repartiendo aire conquistado,
cae la tarde en Maracay
sobre la fraternidad de las flores,
un hombre insurge inquieto
desde la acera a el secreto
jardín, emerge un mundo
de ilusiones y colores,
nace a cada minuto un sentimiento
como una flor anticipada:
sentimientos hechos de petalos
rojos y de sueños libres,
sentimientos atados al jardín
de la vida, abonados
por la rebeldia, compartidos
por hombres y mujeres.